Hay quienes siguen escribiendo cartas ya que no les queda cercano el móvil: los presos y presas. Dada la precariedad en la que viven y escasez de recursos, se las apañan poniendo el sello en el medio de la carta para que no las toque el matasellos, y así se pueden volver a usar. L., vivaz e infatigable abogada penitenciarista, nos proporciona la imagen.
Otros medios empleados son darle jabón al sello, para que la tinta se pueda quitar.
Larga vida al ingenio y al reciclaje.
Trucos carcelarios
Re: Trucos carcelarios
Muy buena idea; desde luego que el truco no pasaría desapercibido si el encargado de matasellar fuera una persona. Pero como todo va automatizándose... pues a sacarle rendimiento.