Campaña a favor del transporte público en Madrid

Conservacionismo, Antidesarrollismo, cuestionamiento de la tecnología, naturismo, alternativas al sistema industrial capitalista, cambio climático...
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aristegui
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Campaña a favor del transporte público en Madrid

Mensaje por aristegui » 20 Ago 2013, 07:52

http://info.nodo50.org/Campana-a-favor- ... porte.html

"No solo consideramos que mantener un transporte público de calidad es fundamental para garantizar la movilidad de todas las personas que viven en Madrid, sino que debe ser la piedra angular de una nueva política de transporte y movilidad socialmente justa y con menos impactos ambientales. Conjuntamente con estas reivindicaciones, hacemos un llamamiento a la desobediencia civil de los habitantes de Madrid, para que se organicen y apoyen para no pagar el servicio de transporte público, y a las trabajadoras de EMT, Cercanías, Metro y Autobuses Interurbanos para que no impidan el acceso gratuito de las personas objetoras".

El trasporte público es de todas y todos, por eso convocamos a todo tipo de colectivos, organizaciones, asociaciones y sindicatos interesados en defender el transporte público madrileño a una asamblea abierta el próximo jueves 5 de septiembre en el local de Ecologistas en Acción.

Podeis enviar las adhesiones al comunicado al email transporte.publico.2013@gmail.com
Por un transporte público, accesible y de calidad en Madrid

El transporte público de Madrid (EMT, Metro, Cercanías y Autobuses Interurbanos) se encuentra amenazado, y al igual que otros servicios públicos se está viendo sometido a duros recortes. Estos recortes suponen un deterioro premeditado del servicio y se concretan en: subida y “resubida” de tarifas, cierre de accesos, disminución de trenes/autobuses en circulación, averías, etc. Lo que al final se traduce en incrementos desorbitados de los tiempos de recorrido y en un servicio de mala calidad.

El deterioro progresivo de los diferentes medios de transporte públicos, con privatizaciones parciales en algunos de ellos (por ejemplo, la limpieza en Metro) concedidas a empresas “amigas”, y el clientelismo, son la antesala del cuestionamiento de la gestión pública del servicio, es decir, el paso previo a la privatización total del transporte público madrileño (TPM).

Por otro lado, el deterioro progresivo del servicio ofertado, llevado a cabo por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, hace que el transporte público resulte menos atractivo que el automóvil, y crea un circulo vicioso: a menor recaudación > peor servicio, que se va agravando hasta que la inviabilidad económica lleve a justificar su privatización. Así, por ejemplo no es extraño que Metro de Madrid haya encargado un estudio sobre su posible privatización. Una privatización que de llevarse a cabo haría que solo se mantuvieran aquellas líneas que pudieran ser rentables y generar beneficio para las empresas privadas, haciendo desaparecer el resto o manteniéndolas con un servicio más reducido. En resumen, de seguir con las políticas actuales en materia de transporte el resultado será un sistema de transportes peor y más caro.

Pero, ¿como se ha llegado a esta situación?

La caída de los ingresos en el transporte público es la excusa que se esgrime desde diferentes ámbitos políticos, empresariales y financieros, para aplicar medidas de reducción de gastos que solo entienden de subir tarifas y deteriorar el servicio. Unos ingresos que se han visto mermados por la reducción del número de viajeros y por la disminución del dinero público invertido en mantener un transporte público de calidad. Sin embargo, el que haya menos viajeros es a causa del desempleo forzado, y el que haya menos dinero público invertido es en parte porque el que había se ha gastado en salvar a bancos y cajas. Los mismos que alimentaron e hincharon la burbuja inmobiliaria, epicentro de la Crisis, en beneficio de grandes constructoras y con la complicidad del poder político. Los mismos que tras reventar la burbuja exigen rescates, imponen recortes y reclaman privatizaciones.

Y de este modelo de desarrollo, basado en la especulación y la construcción, el sistema de transporte fue fiel reflejo: por eso se construyeron paradas de metro en solares vacíos en connivencia con las empresas constructoras de viviendas -ignorando incluso los estudios de demanda de viajeros que ellos mismos realizaban y desaconsejaban su realización [1]- y obedeciendo claramente los intereses económicos de las constructoras e inmobiliarias, así como los de índole electoral; y por eso también se priorizó la construcción de infraestructuras costosísimas frente a políticas de gestión de la demanda o de una movilidad sostenible orientada en impulsar el transporte público mientras dificulta el uso del automóvil (transfiriendo viajeros y recursos del segundo al primero). No es de extrañar por tanto que la deuda ocasionada por la innecesaria y desorbitada expansión de las líneas de Metro (contraída con constructoras que probablemente obtuvieron préstamos de bancos y cajas rescatadas con dinero público) sea un lastre más para las cuentas de todo el transporte público madrileño. En último lugar también conviene señalar la gestión ineficaz y clientelar de metro: gastándose millones de euros en una publicidad que no requiere, manteniendo trenes nuevos (con costes superiores a los 100 millones de euros[1]) sin utilizar, gastando cada año más de un millón de euros en una televisión que no ve nadie, o contratando a dedo y por intereses personales a directivos con salarios superiores a los 80.000 euros/año. Y si esto pasó en la Comunidad de Madrid, lo mismo sucedió a escala estatal, donde los gobiernos del PSOE y del PP prefirieron gastarse en la última década más de 50.000 millones de euros para construir un tren elitista como es el AVE, y sin invertir comparativamente minucias en la red de ferrocarriles de media distancia regionales que cada año mueve 18 veces más personas que el AVE.

Lo que parece claro es que nuevamente la única forma de afrontar el desaguisado orquestado por los "mercados" y constructoras sea socializando las pérdidas con la confabulación de los principales partidos políticos, siendo la mayor parte de la sociedad la que pague sus errores, mientras se liquida lo escaso de “Social” que le queda al Estado, y al mismo tiempo que se espera obtener ingentes beneficios con los servicios públicos privatizados. Y esto también afecta a las trabajadores de estos medios, a las que se pretende precarizar aún más, sin importar tan siquiera la existencia de un convenio vigente (caso de Metro). Sólo un ejemplo: mientras se bajan los sueldos a las trabajadoras de las empresas subcontratadas para realizar servicios como el de limpieza con la excusa de la crisis y del ahorro, se mantiene en igualdad de condiciones el contrato firmado con las Administraciones [2], aumentando así los beneficios económicos de esas empresas a costa del sueldo de las trabajadoras.

¿Quiénes sufren las consecuencias?

Es evidentemente que si al mismo tiempo que se expulsa del mercado laboral a millones de personas y se precariza al resto de trabajadores se encarece el transporte público y se degrada el servicio, la consecuencia inmediata es que se dificulta y/o impide la movilidad de muchas personas, haciendo que limiten sus viajes por razones económicas. Lo que además no deja de resultar paradójico cuando las desempleadas tenemos que soportar un Servicio Regional de Empleo que nos exige demostrar continuamente que estamos a la búsqueda de empleo, acusándonos de ser vagas si no vamos dando tumbos por la ciudad a cada instante, mientras que vemos como cada día el transporte se vuelve más caro e inaccesible. Una situación que se agrava aún más para las que viven en localidades distintas a la ciudad -donde la oferta de transporte es menor y sus costes mayores- teniendo que seleccionar cuidadosamente los viajes que realizan. Pero sin duda, este problema es especialmente grave para aquellos que no reciben ningún tipo de subsidio ni prestación: la movilidad convertida en un objeto de lujo, al alcance de unos pocos privilegiados.

¿Hay alternativa?

Nosotras creemos que un sistema de transportes que además de socialmente justo y accesible, fuera de calidad y tratara de reducir al mínimo los impactos ambientales, no solo es posible sino que es urgente y necesario. Conseguir un nuevo modelo de transporte implica sin lugar a dudas defender y promocionar los medios de transporte con un menor consumo energético, un menor coste económico, un menor impacto ambiental, y una menor siniestralidad; es decir, los medios de transporte publico colectivos (EMT, Metro, Cercanías y Autobuses Interurbanos) y los modos no motorizados (marcha a pie y en bicicleta). Los problemas de financiación del transporte público colectivo podrían resolverse mediante una política finalista basada en que todo el dinero recaudado por la circulación en automóvil (SER, multas, impuestos sobre vehículos, etc.) se destinara en su totalidad a mantener un transporte público atractivo y de calidad, así como con una gestión eficaz, transparente y social, ajena a los intereses particulares y clientelares de las grandes empresas o los políticos de turno.

Además, defender un transporte público de calidad, es defender la existencia de un servicio mínimo de transporte a lugares que, de lo contrario, solo estarían comunicados por medios privados (automóvil y/o motocicletas).

Por todo esto, desde los colectivos abajo firmantes exigimos:

1. Que el servicio y su gestión sean totalmente públicos.

2. Transporte colectivo gratuito para personas desempleadas y/o sin recursos.

3. Apertura de los accesos de Metro cerrados desde 2008.

4. Incremento del número de trenes y autobuses en circulación, para volver a las frecuencias de 2008.

5. Ampliación del abono joven hasta los 26 años.

6. Que la política de financiación sea finalista: que todos los ingresos obtenidos del automóvil (por ejemplo, de multas o del SER) se dediquen exclusivamente a sufragar y mantener un transporte público de calidad.

7. Que cese el derroche de gastos superfluos e innecesarios para el correcto funcionamiento del servicio. Unas ideas al respecto: eliminación de la publicidad y la televisión de metro (mas de un millón de euros al año esta última), reducción del número de altos cargos en EMT y Metro (muchos de los cuales superan los 80.000 euros anuales), abandonar la construcción de estaciones en lugares desiertos a siguiendo órdenes de los constructores, poner fin a la compra de trenes que luego no se utilizan, etc.

Los colectivos y organizaciones firmantes no solo consideramos que mantener un transporte público de calidad es fundamental para garantizar la movilidad de todas las personas que viven en Madrid, sino que debe ser la piedra angular de una nueva política de transporte y movilidad socialmente justa y con menos impactos ambientales.

Conjuntamente con estas reivindicaciones, hacemos un llamamiento a la desobediencia civil de los habitantes de Madrid, para que se organicen y apoyen para no pagar el servicio de transporte público, y a las trabajadoras de EMT, Cercanías, Metro y Autobuses Interurbanos para que no impidan el acceso gratuito de las personas objetoras.


aristegui
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Re: Campaña a favor del transporte público en Madrid

Mensaje por aristegui » 03 Sep 2013, 10:04

Recordatorio: es este jueves.

aristegui
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Re: Campaña a favor del transporte público en Madrid

Mensaje por aristegui » 05 Sep 2013, 11:01

¡¡¡Hoy es la asamblea!!!

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