Mensaje
por A-Raven » 04 Dic 2016, 06:02
Como ingeniero informático de oficio y vocación, he pasado gran parte de mi vida construyendo software sin pretensiones financieras, solo con tres motivaciones: una, satisfacer una necesidad personal; dos, curiosidad; tres, divertirme.
La primera motivación y la más importante (la necesidad personal) se debe en gran medida a que en Cuba, mi país, el acceso a Internet es escaso (en otras palabras, no puedo o me es muy difícil descargar el software específico que satisfaga mi necesidad) y, además, casi todos los programas que usamos los cubanos son piratas (salvo el software libre). Por tanto, la necesidad me ha motivado a crear programas por mi cuenta y, muchas veces, a unirme con mis amigos para programar en equipo.
Y la segunda y la tercera motivación (curiosidad y diversión, respectivamente), son comunes a todos los que nos gusta la ciencia,la tecnología... y el arte.
Ahora ,imaginen una sociedad basada en federaciones sociales. Supongamos que esta sociedad se logró sin destruir el patrimonio tecnológico, por ejemplo, disolviendo monopolios cibernéticos como Microsoft, Apple y Google, y poniendo sus logros (librerías de código, proyectos de software, bases de datos, etc.) en manos de la sociedad, a través de Internet. Además supongan que, durante el proceso de transición hacia el anarquismo, los interesados en el desarrollo de software se unan en cooperativas y asociaciones de cooperativas cuyo principal propósito sea proporcionar a la sociedad los mismos servicios informáticos que, en el régimen capitalista, vendían Microsoft, Apple, Google, etc. Ellos estarían movidos por las mismas motivaciones que yo: necesidad (pero esta vez, una necesidad social; aunque quien resuelve una necesidad tecnológica personal, resuelve una necesidad tecnológica colectiva, si comparte sus logros), curiosidad y diversión. A ello pueden ustedes sumarle cuántas motivaciones consideren, porque a la hora de crear, no hay límites en ese aspecto. ¿Qué ocurrirá entonces?
Pues ocurrirá, a mi parecer, lo siguiente:
Uno: se conservará el patrimonio tecnológico (o lo que es lo mismo, no habrá regresión tecnológica).
Dos: en virtud de lo anterior, se desarrollarán nuevos productos, servicios y tecnologías sobre los cimientos del patrimonio existente (es decir, habrá progreso tecnológico).
Tres: desaparecerán los productos, servicios y tecnologías innecesarias, que antes solo servían para engordar el consumismo y aportar riqueza a los monopolios cibernéticos; esto será así porque, a la larga, el público solo adquirirá lo que desea y necesita, ya que está libre de las grandes campañas de mercadotecnia y publicidad capitalistas.
Cuatro: aparecerán nuevos productos, servicios y tecnologías a través de la demanda popular y por iniciativa de los desarrolladores de software.
En fin, la gente seguirá queriendo tecnología, y la querrá más ahora que saben es gratis y personalizable (puesto que el pueblo eligirá democráticamente -por decirlo de alguna forma- lo que necesita).
Bien, creo que este ejemplo sirve para ilustrar, a mi parecer, como se mantendrán todas las demás ramas de la industria y la tecnología. La exigencia popular de un estilo de vida "moderno", será el estímulo para la libre asociación de cooperativas. De la misma forma que habrá asociaciones para la producción de software, las habrás para la minería, construcción, electricidad, telecomunicaciones, transporte público, etc.
En cuanto a los viajes espaciales, no veo ningún inconveniente. Es verdad que los fondos para satisfacer el afán científico y aventurero de visitar otros mundos proviene, basicamente, del deseo de los gobiernos más desarrollados de demostrar su superioridad económica y tecnológica. Pero en una sociedad anarquista también es posible financiar los viajes espaciales, a pesar de su enorme costo. ¿Por qué? Porque, dentro de unas décadas, la escacez de recursos y la sobrepoblación así lo exigirán. Estos dos flagelos no son inherentes del capitalismo, no; son consecuencia del crecimiento natural de la población y de las limitaciones de espacio y recursos en un planeta de tamaño medio como la Tierra. Puede que pasen décadas antes de que, en la sociedad anarquista, se haga un viaje tripulado al espacio. Pero, como se dice, cuando la cosa apriete, nacerán iniciativas federales de proporciones incluso globales para enfocar recursos hacia la aventura espacial.
Al menos, esa es mi opinión.