I. Producción y reproducción social
Las clases sociales según Marx tienen una identidad económica. A diferencia de las castas o estamentos que estaban separados por su estatus jurídico y, por tanto, las personas estaban claramente definidas, en el caso de la distinción económica de la clase social, las fronteras entre las clases no pueden ser tan nítidas. También se dan una serie de situaciones sociales complejas y contradictorias en el seno de cada clase social. Pero, además, muchas personas poseen características y propiedades de diversas clases, apareciendo zonas intermedias, o aunque pertenezcan a una clase por sus posiciones dominantes, conservan cualidades de otra.
Marx no elaboró una teoría sistemática de las clases sociales, pero sí que se pueden distinguir dos tipos de textos diferentes, donde el concepto proletariado tiene una amplitud muy desigual y está compuesto por elementos más o menos heterogéneos. Así, en unos escritos, el proletariado es una parte de la sociedad más restringida y, en otros, es más amplia, dando mejor cabida a la problemática de las mujeres.
Aquí partimos de una concepción amplia y más multilateral del concepto de clase social, a diferencia de diversas corrientes marxistas que defienden la idea de una delimitación clara y rigurosa de la clase social junto con una concepción de una clase obrera completamente homogénea en su interior y basada solo en la producción capitalista. Este punto de partida será fundamental en la discusión sobre la vinculación de las mujeres y, en particular de las amas de casa de las familias trabajadoras, a la clase obrera, teniendo en cuenta la función de reproducción social y sus condiciones de vida[1].
Vamos a hacer alusión a la versión más restrictiva que tiene un componente más economicista y de infravaloración de la función de reproducción social y, por tanto, del trabajo doméstico de las familias. Una cita muy clara de Marx es la siguiente:
‘Desde el punto de vista económico sólo puede llamarse proletario al obrero asalariado que produce y valoriza capital’ [2]
Como se puede comprobar, aquí se pone el acento en la clase obrera como elemento que realiza una función económica dentro del proceso de valorización del capital, entendido en sentido estricto. Bajo esta interpretación diferencia claramente entre proletarios productivos y quienes viven del producto excedente, incluyendo aquí al personal del servicio doméstico.
Trabajadores productivos son, según Marx, aquellos cuya actividad genera un valor igual al de su fuerza de trabajo, más otro añadido llamado plus-valor. Así, el trabajo no productivo está al margen de esa valorización del capital, ya que
‘sólo es productivo el obrero que produce plusvalía para el capitalista o que trabaja para hacer rentable el capital’[3].
No obstante, hay que precisar que de esta definición no se deduce que esté solo incluida la producción de bienes materiales, como dice alguna versión marxista, sino que también son productivas las mercancías de tipo ‘espiritual’ como la educación, la literatura o el arte, etc. siempre que estén incorporadas al mercado, es decir, a ese proceso de valorización del capital.
Por tanto, lo definitorio no sería éste o aquel tipo de trabajo más o menos material, intelectual o de servicios, sino si está inscrito en el proceso de compraventa de mercancías y, por tanto, en la creación de ‘capital’ en sentido estricto. En esa concepción restrictiva, el trabajo doméstico aparece como claramente improductivo y, por tanto, las amas de casa no pertenecerían a la clase obrera.
II. Clase social y familia obrera
Sin embargo, Marx también hace alusión a la clase obrera como un amplio conjunto social, compuesto por diferentes estratos y categorías de trabajadores y, en particular, las mujeres que reproducen a los ‘obreros’, así como los llamados inactivos, los niños o los ancianos. Hay numerosas alusiones a la clase social como un conglomerado muy amplio o mayoritario de la sociedad, de la que se tiene también una visión dual, como dos campos enfrentados:
‘La sociedad en su conjunto se está dividiendo más y más en dos grandes campos hostiles, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente una con la otra: la burguesía y el proletariado’ [4]
Por tanto, aquí no está hablando sólo de los trabajadores productivos sino de un campo social amplio y diverso. Eso no quiere decir que el proletariado no tenga una determinación económica, ocupando una posición específica en relación a la producción social, sino que la definición económica es más amplia. La clase obrera está compuesta por el conjunto de quienes carecen de una capacidad económica independiente, es decir, no poseen otros bienes que su fuerza de trabajo que debe vender por un salario. Ello también se debe entender para el conjunto del proletariado, no necesariamente para cada uno de sus miembros.
Marx ve a la clase obrera como un todo, un conjunto que tiene unas características e identidades específicas y en relación a la otra clase social, la burguesía. De ahí se deduce que las mujeres amas de casa, de familias obreras, aunque no realicen un trabajo ‘productivo’ en sentido estricto, si pertenecen a la clase obrera. Así, su trabajo, catalogado de ‘improductivo’, será infravalorado, pero su pertenencia a la clase obrera, no estará basado en su vinculación con un empleo formal, sino por el conjunto de su situación socioeconómica. Otros problemas, que se ven más adelante, son la no valorización social del trabajo doméstico y la posición de subordinación en que están las mujeres.
Por otra aparte, Marx también considera a la clase obrera como un conglomerado no sólo de individuos, sino de familias:
‘En la medida en que millones de familias vive bajo condiciones económicas de existencia que les distinguen por su modo de vivir, por sus intereses y por su cultura de otras clase, aquellas forman una clase’.[5]
La presencia de las familias, como instituciones intermedias entre las personas y la clase social, establece una peculiar división de funciones, una desigualdad determinada en su seno y será fuente de diversas contradicciones sociales. Esta vinculación de capital-familia obrera-miembros de la familia obrera está señalada por Marx cuando habla de ‘salarios medios de las familias’ y de ‘plustrabajo total arrancado a la familia’[6].
Por tanto, la posición económica del proletariado no se puede quedar limitada a la esfera de la producción sino también a la de la reproducción de la mano de obra. Esta tarea que la burguesía encarga a las familias obreras, condicionará fundamentalmente la vida de las mujeres de la clase obrera.
En conclusión, en Marx hay una doble visión de la composición y características de la clase obrera. Una, más limitada e identificada con el proletariado industrial, que será desarrollada posteriormente por diferentes corrientes marxistas y donde no tienen cabida intelectuales, aristocracia obrera, parados o inactivos, así como las amas de casa. Con esa visión enseguida hay que rellenar los diferentes segmentos como si fueran otra clase social, ya sea en la clase media o en la llamada infraclase, llegando en el caso de las mujeres a considerarlas como otra clase social.
La otra visión propicia un análisis menos economicista, no encerrando su identidad socioeconómica al ámbito de las relaciones de producción en sentido estricto. Esta posición es también más multilateral y más abierta a la configuración de los grandes campos sociales y a su diversidad interna, incluidas otras facetas como los componentes culturales, étnicos y nacionales, o las situaciones de paro o inmigración que tanto tienen que ver con la identidad de la clase obrera y de sus segmentos. Igualmente integra el problema general de la reproducción de la vida social que, aparte del Estado y otras instituciones, cubren las familias. Aquí se parte de esta última noción, más amplia e integradora de la problemática de la familia obrera y de la mujer.
Por último, hay que añadir que más que el problema de la pertenencia a una clase social por sus condiciones socioeconómicas, el problema principal es el de la conformación histórica concreta de esas clases sociales, donde intervienen todo tipo de factores socioeconómicos, políticos, culturales, etc., y donde se puede visualizar su conciencia y su comportamiento social, a veces, algo unificado y, normalmente, heterogéneo y diversificado.
http://www.uam.es/personal_pdi/economic ... .htm#_ftn1