Bien que sí. Una vez unos eslovacos estuvieron unos días en casa, y para nuestro regocijo se hicieron fuertes en la cocina, deleitándonos todos los días con sorpresas de este tipo. Les insistimos en que nos hicieran recetas "de pobres", no queríamos pijadas. Unas de las que más nos sorprendieron fueron estas:Contumacia escribió:De todas maneras, la auténtica tortilla lonchafinista no lleva huevo. Se coge la papa y cebolla, se rasca con un rascador hasta que salga en finas hebras, se deja escurrir un poco pa que pierda el agua y luego se echa, sin más, en una sartén muy caliente, haciendo un "rostie" que llaman en la cocina francesa. El almidón de la papa así rallada hace que cuaje, y quedan unas tortitas mú wenas
"Zemiaková placka", que viene a ser la torta de patata que describe Contumacia, algo tiesa para el gusto español pero muy rica, y que podéis ver en esta foto acompañada de una guarnición:
"Šúlānce s orechmi / so strúhankou", que es una pasta básica de patata cocida y harina de trigo (Šúlānce) a la que se puede dar cualquier forma, en este caso de choricillos, que se cuecen en agua, y luego se condimentan de diversas formas. Los de la foto nos los zampamos embadurnados de nuez picada (orechmi) y de pan rallado (strúhankou). Comida ultracalórica donde las haya (adecuada para alimentar cuadrillas de leñadores transilvanos), no parece muy atractiva pero doy fe de que al día siguiente no quedaba nada (y eso que prepararon un par de kilos).