fukuyama, neoliberalismo y machismo

Contra el sexismo y el patriarcado. Luchas por las libertades sexuales. Despatologización de la diferencia.
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helena gomez

fukuyama, neoliberalismo y machismo

Mensaje por helena gomez » 02 Nov 2003, 02:00

En su libro “La Gran Ruptura”, el famoso paladín del neoliberalismo Francis Fukuyama intenta descubrir las causas, los motivos de lo que considera la "decadencia de Occidente" en los últimos treinta años. Llama decadencia al aumento de la criminalidad, al analfabetismo, a la violencia doméstica, la drogadicción, el paro y la descomposición de la familia.
Hasta aquí su discurso no ofrece novedades, coincide más o menos con el Papa Karol Wojtyla, muy preocupado por los mismos temas. Pero en el análisis de las causas, Fuku (así lo llamaremos) encuentra un factor único y desencadenante que ni siquiera el Papa Wojtyla ha atrivido a sugerir (al menos el Papa habla de una pluralidad de causas): según Fuku, la emancipación femenina "es la gran responsable de todas las lacras sociales de Occidente y de su decadencia”. Dicho de otro modo, "las mujeres tienen la culpa de los problemas de nuestro mundo actual”.

La responsabilidad no es de las grandes corporaciones mafiosas, de la búsqueda ilimitada y sin escrúpulos del beneficio; la responsabilidad no es la falta de ontología, ni la corrupción, ni siquiera las deficiencias de la educación pública, no señor, para Fuku “HAN SIDO LAS MUJERES Y SU PRETENSIÓN DE IGUALDAD SOCIAL, SALARIAL Y DE DERECHOS CON LOS HOMBRES LAS DESENCADENANTES DE LA GRAN CRISIS DE OCCIDENTE”.

Al salir a la de trabajo, las mujeres, según el eminente profesor norteamericano, han aspirado a una independencia de comportamiento (que osadía…) que ha perjudicado a la familia, porque los hombres no se han preocupado calle en busca más de la educación de los hijos y no han tenido obstáculos en abandonar los hogares. A más trabajo de las mujeres, dice, más divorcios, más familia uniparentales, más descuido de la educación y, por ende, más delincuencia y patologías individuales y sociales.

Por eso, para Fuku (lo mismo que para Bush II), hay que volver al "antiguo orden" patriarcal: restringir las leyes de igualdad de los sexos, desestimular el trabajo femenino fuera del hogar, desalentar la maternidad sin padre y el divorcio, y fomentar la dependencia económica de la esposa. De este modo, las mujeres volverían a recluirse en los hogares y dedicarían todo su tiempo y su energía a la crianza y educación de los hijos. Y con ello, al poco tiempo, desaparecerían las lacras sociales que acosan a Occidente.

Leyendo las reflexiones de Fuku, mucha gente puede tener la tentación de echarse a reír. Yo mismo no pude aguantarme. Pero esa risa debería congelarse, cuando nos damos cuenta de que esta es la ideología conservadora que profesan los nuevos fascistas que mandan mundo, empezando por Bush II y sus halcones de la muerte, incluyendo a sicarios y mamporreros como Blair, Aznar, Berlusconi. Si a esto añadimos que los adversarios de esta gentuza son otra gentuza (los integristas islámicos) todavía peores y más misóginos, cualquier idea sobre el futuro parece cerrarse en la negritud más desoladora. Estamos gobernados por asesinos y criminales, que odian el género humano, y solo piensan en muerte, violencia, esclavitud y jerarquías. A ver cuando se empieza a oir esto en los medios de comunicación, a ver cuando dejan de hacerle el juego a nuestros verdugos.

En Occidente, el poder político, económico y social está en los hombres. Gobiernan, se organizan en mafias o en ejércitos, en iglesias, capillas, sociedades deportivas, económicas, dirigen los diarios, las revistas, las cadenas de televisión, presiden sindicatos, tribunales de justicia, ministerios y ceremonias religiosas. Matan y mueren en guerras inútiles, gastan millones de dólares en armamento, sus víctimas suelen ser los más débiles: mujeres, niños, animales. Pero Fukuyama considera que esto es de orden biológico: los hombres son así de incorregibles, su maldad queda asíjustificada. Si Dios y la naturaleza los hizo así, sólo queda intentar volver atrás las conquistas de las mujeres. Ellas no tienen derecho a otra cosa que no sea servir a los hombres y a la procreación de la especie. A ver si de este modo se acaba con el paro, el tráfico de drogas y las guerras étnicas, que, como todos sabemos, las provocan las mujeres.

No contento con eso (o quiza demasiado contento), en su libro más reciente "El fin del hombre", Fuku afirma que la investigación científica, que en la época de Galileo fue el faro que guió a la humanidad hacia el modelo liberal, ahora se ha vuelto un enemigo a vigilar. Por eso su empeño en crear un organismo internacional de control que imponga reglas obligatorias para los investigadores y el mercado. También habla en el Congreso contra la clonación humana y contra la producción de células madres destinadas a curar enfermedades difíciles. Más aun, PROPONE UNA LEY QUE CONDENE A DIEZ AÑOS DE PRISIÓN para los médicos que prescriban tratamiento con las tecnologías de clonación. Recientemente, a propósito de que el Parlamento japonés aproba la comercialización de la píldora anticonceptiva, el gilipollas del que estamos hablando puso el grito en el cielo, ya que la idea de que las mujeres tengan control sobre su sexualidad, y por lo tanto sobre su vida y su felicidad, es insoportable para este “campeón” del liberalismo, un liberalismo que para él es compatible con la esclavitud de nada menos que la mitad de la humanidad.

Seguro que si la madre de Fukuyama hubiese sabido que iba a parir a este monstruo odiamujeres, hubiese preferido mil veces abortar. Pero la maldad está presente en el mundo para quedarse, y Fukuyama es un malvado más, ni mejor ni peor que el resto de sus compinches.

Así que la historia humana ha llegado a su fin, pero como al parecer no confía demasiado Fukuyama en su propia tesis, y por si acaso los ciudadanos se dan cuenta del engaño y la neo-estafa que supone este sistema, se invoca al poder estatal para que ponga “orden” y encuadre a los ciudadanos en instituciones al servicio del sistema. Ningún esclavo fuera de la plantación. Por eso hay que ponerle una mordaza a los científicos y al pensamiento. Por eso hay que suprimir las libertades de los ciudadanos. El liberalismo ha triunfado.


Helena Gomez Artime
>Asturias, Estado Español

helenawtry@hotmail.com

Olimpia de Goude

Mensaje por Olimpia de Goude » 02 Nov 2003, 09:18

Fukuyama es uno de esos misterios que nunca he llegado a entender bien. He leído algún libro de este hombre, y como escritor es un bodrio carente de originalidad. Es un escritor a sueldo de los conservadores que ahora se llaman liberales sin serlo porque pretenden la libertad para ellos, y el cepo para los demás. Por supuesto tener a una fuerza de trabajo gratuita dedicada a la conservación y reproducción del sistema, es algo que a esa banda les tiene que encantar. De todas maneras no creo que haya que ponerle mordazas a esos "científicos", más bien quitárnoslas de nuestras mentes.

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