Anarcofeminismo, feminismo de género y feminismos en general

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peine
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Anarcofeminismo, feminismo de género y feminismos en general

Mensaje por peine » 08 Nov 2015, 14:25

Buenas, soy un simpatizante del marxismo, aunque vengo en son de paz :wink: .

Me llama la atención que los simpatizantes de ideología como el anarquismo, tan contrarios al sistema, estado y todo lo que venga del poder establecido, asuman los postulados de una ideología importada desde EEUU como es el feminismo de género y todo lo que conlleva, entre ellos conceptos tan metafísicos como la llamada "violencia de género". Aquí cuelgo una descripción.
¿QUE ES EL FEMINISMO DE GENERO?

Autor: Eugenio Dorao. Resumen de la Ponencia presentada en Salamanca el 16 de Junio de 2006, en los salones de CajaDuero, con motivo de las I Jornadas Separación y Divorcio organizadas por APFS Salamanca.

El Feminismo de Género (FG) es una ideología dogmática que nace en Septiembre de 1969 en la Universidad de San Diego (California), con el diseño y apoyo financiero por parte de la Fundación Ford del que fue el primer curso de una nueva disciplina denominada Women´s Studies. A partir de ésta fecha la misma Fundación Ford, bajo la presidencia de Mr. George Bundy, el ex Director para la Seguridad de EEUU, financia y promueve la creación de centenares de Departamentos de Women´s Studies a comienzos de los años 70. Estas “nuevas disciplinas” junto a las “Divinity Schools” y los “Afroamerican Studies” son apoyadas y financiadas por la Filantropía Americana, de la que la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller son el máximo exponente (por su dimensión) seguidas de decenas de fundaciones hoy día integradas en el llamado “Conseil of Foundations”. Anteriormente a la creación de los Women´s Studies, no podemos negar trabajos teóricos que sustentan las tesis del FG, pero que de no haber sido promocionados a través de éstos departamentos su relevancia hubiese sido casi nula.

El FG es una teoría que propone la deconstrucción de las estructuras “patriarcales” (familia, religión, ciencia, lenguaje), que son interpretadas como meras “construcciones sociales”. En la relación heterosexual es atribuida a la mujer una “superioridad moral” frente al hombre, y un carácter de “víctima” debido a la “opresión patriarcal” e histórica de la masculinidad. La palabra “Género” define los “roles masculino o femenino” con posibilidad social de cambio”. “Sexo” sería sin embargo una simple diferencia morfológica. Las principales autoras del FG identifican relación heterosexual con violación, llegando a afirmar del lesbianismo que es la condición natural de la mujer.

Una de sus reivindicaciones es la de entender el aborto como el “Derecho de la Mujer a la Salud Reproductiva”, en relación con las políticas eugenésicas. Su máxima teórica fue la enfermera Margaret Sanger, precursora del FG y fundadora en 1915 de la primera clínica abortista de USA, también de la revista “eugenesic” y de la la Liga Americana de la Planificación Familiar, germen de lo que sería la “Internacional Planeed Parenthood Federation” (IPPF) de la que sería su primera presidenta. Actualmente la IPPF es una pieza clave del “Lobby de Mujeres”, de gran influencia en Naciones Unidas, la Unión Europea, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Henry Ford, fundó en 1936 la Ford Foundation, en estrecha relación, y con equivalentes fines que otras como la Rockefeller Foundation, la Carnegie Foundation, la Turner Foundation, la McArthur Foundation, la Bill y Melinda Gates Foundation y George Soros Foundation, todas ellas vinculadas a la cultura hipercapitalista americana y estrechamente relacionadas entre si. La Fundación Ford, en especial a partir del año 1947, fue utilizada como “Fachada Filantrópica de la CIA”, en palabras del profesor James Petras. Los altos cargos de la CIA eran compatibles con altos cargos en la Fundación Ford. Documentos desclasificados de la CIA prueban su relación con la imposición de la política imperialista americana en el mundo, actuando bajo las directrices de la CIA, y con el apoyo de instituciones públicas de la política exterior de USA, tales cómo el CFR (“Conseil of Foreing Relations”) el USAID (Cooperación Exterior) y el NED (Nacional Endowemt for Democracy).

La Fundacion Ford, sólo en el año 2005, financió directamente con becas más de 1000 proyectos de los cuales unos 550 aproximadamente se basan en el apoyo directo y específico a movimientos Feministas de Género. La indú Irene Kahn (presidenta de Amnistía Internacional) y Kofi Annan (Presidente de Naciones Unidas) realizaron sus estudios con becas de la Fundación Ford. La Fundación Ford, promociona actualmente al Tribunal Penal Internacional, a través de la llamada “Coalition for The International Criminal Court”, en la que participa junto a la Palanethood Foundation, John D. and Catherine T. MacArthur Foundation y que ha sido apoyada con importantes recursos por el Open Society Institute (George Soros), Fundación Planethood, Paul and Daisy Soros Foundation, Reebok Foundation y Third Millennium Foundation. Advertimos del hecho que precisamente Fundaciones Filantrópicas americanas, vinculadas a grandes multinacionales y al hipercapitalismo duro, sean los principales valedores de un tribunal por parte del cual en la más estricta teoría pudieran ser algún día acusadas. De hecho, permanentemente se ha cuestionado por ejemplo la ética de las grandes multinacionales del deporte en relación con la explotación laboral infantil. Dejemos para la reflexión del lector el hecho de que EEUU, pais del que proviene éste gran Lobby del Feminismo de Género, sea un pais precisamente no ratificante del Tribunal Penal Internacional.

Sin duda alguna, la influyente periodista Gloria Steinem es la Feminista de Género y personalidad que más ha promocionado dicha ideología en los Medios de Comunicación de todo el mundo, hasta el punto de ser considerada “la madre” del Feminismo de Genero. Gloria Steinem ha ejercido su influencia desde tribunas tan importantes como la CNN, New York Times, TIME, Reuters o Washington Post, medios vinculados estrechamente al poder de EEUU. Gloria Steinem, de origen judío, perteneció en los años 60 al ala más radical de la CIA en su lucha contra el comunismo ("The CIA Old Boys"), y fue artífice del siniestro "Festival de Viena", creado por la CIA para controlar a la izquierda centroeuropea. Gloria Steinem fue cofundadora en 1971 del NWPC National Women's Polític Caucus y de la revista Ms (la más antigua y primera revista del Feminismo de Género del mundo), ambas con el apoyo de la Fundación Ford y de su presidente Bundy, justamente en coincidencia con la implantación de los Women´s Studies.

Dado el indudable origen "Anticomunista" de las Políticas de Género, éstas han tenido una estrecha vinculación con las políticas "Atlantistas". No por casualidad aquellos países que más las han promovido son precisamente los países incondicionalmente alineados con la política de Estados Unidos (OTAN), como por ejemplo Canadá, Noruega, Suecia, Dinamarca, Islandia, Finlandia, Holanda y Reino Unido. Quepa recordar que antes del nacimiento de la OTAN, junto a la Alemania de 1936 y Japón, estos países desde principios de siglo formaron parte del llamado "Club Eugenésico", impulsando políticas estatales de "Selección Racial", ya experimentadas en EEUU por parte de la "Escuela de Long Island" promovidas por Sanger y admiradas por los médicos del Tercer Reich. Contrastan estas políticas con las de países no atlantistas, de amplia tradición liberal e ilustrada, como es el caso de Francia, donde tan solo en los últimos años han penetrado de manos de la Unión Europea las Políticas de Género. En el mundo, las políticas racistas y eugenésicas adquirieron un impulso definitivo en 1915 bajo la presidencia en EEUU de Woodrow Wilson con la derogación de las leyes que prohibían la esclavitud, y con la refundación del KKK vinculado estrechamente a Margaret Sanger (Gran Maestra). La primera película producida por la industria cinematográfica de Hollywood, “El nacimiento de un Imperio” (1915) lo fue precisamente para conmemorar la refundación del KKK. Sanger, poco después, desarrolló proyectos como el "Negro Project", que culminaría con la implantación de clínicas de esterilización y promoción del “aborto no voluntario” practicado a millares de mujeres negras. El que estas políticas de violación de Derechos Humanos aplicadas por EEUU no hayan trascendido apenas fuera del ámbito de los estudiosos, tan solo acredita el enorme poder de los medios de comunicación del Imperio. Probablemente ni siquiera muchos cinéfilos conozcan el título la primera película de Hollywood, y menos aun su contenido y finalidad.

Margaret Sanger, “la abuela” del Feminismo de Género, es elevada a la categoría de "heroína de la humanidad” por la “madre” del Feminismo de Género oficial, la citada periodista y exagente de la CIA Gloria Steinem, e incluida por ésta en el “TIME 100” en 1998 como una de las 100 personalidades mas influyentes del SXX. Recientemente, en los años 90, y con fondos aportados por la Fundación Ford, Gloria Steinem en un ambicioso y costoso proyecto universitario ha recopilado para la posteridad los archivos históricos de la obra de Sanger.

Otra de las personalidades clave en la historia del FG fue Henry Ford (creador junto a su hijo Edsel de la fundación que lleva su nombre en 1936), promotor de la eugenesia y el racismo, amigo personal de Sanger y soporte económico de sus proyectos, mantuvo una estrechísima relación ideológica y económica con la política racial nazi. Fruto de la admiración que despertó en el Führer –el cual le describía como un gran ideólogo y hombre de acción- fue la concesión por parte de Hitler a éste de la Gran Cruz de Hierro en 1938, coincidiendo con el 75 cumpleaños de Henry. No olvidemos que Henry Ford colaboró tecnológicamente y financió la construcción de campos de exterminio cómo el de Auschwirtz a través de empresas como la Ford Werke, y fue autor de la obra antisemita "La Judería Internacional".

El hecho de que las Políticas de Género han sido creadas diseñadas e implantadas en el Mundo por parte de la “Filantropía Americana”, como estrategia de consolidación de la influencia del poder imperial de EEUU en el mundo, y con la colaboración obvia de un imprescindible control de los Medios de Comunicación, reviste una absoluta verosimilitud histórica. Dichas estrategias se han dado en denominar por los expertos “Softh Power” como alternativa al “Hard Power” (poder militar). Ambas políticas se complementan, si bien las primeras se aplican allí donde no es viable ni aconsejable utilizar la lucha armada, como es el caso de los “países aliados”.

Algunas de las consecuencias obvias de la implantación del FG en Europa y en el Tercer Mundo están siendo entre otras la desestructuración de las familias, el control de la población y la desestabilización de las sociedades enfrentadas en guerras de sexos, así como la erradicación de las culturas locales de los países pobres, en especial los de África y Asia.

En esencia el FG lleva a considerar a un 50% de la población –las mujeres- como “minoría discriminada”, objeto de cuantiosas subvenciones y ayudas. En una región como la Unión Europa cuyo sistema social ha de soportar problemáticas graves como una emigración creciente, una población envejecida y la incorporación de nuevos estados con elevados niveles de pobreza y corrupción, puede suponer un sumidero de recursos que reviente literalmente un sistema social ya dañado y que sin duda nos diferencia a una sociedad europea basada en conceptos como la Justicia Social, de una sociedad americana, basada en conceptos calvinistas como la Filantropía. Desde el año 2000 -muy especialmente- se vienen implementando en España vertiginosamente las Políticas de Género basadas en la agenda de la Unión Europea. En coincidencia con este periodo la suma de tres de los cuatro principales cargos en el Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional a fecha de hoy son ocupados por tres españoles con la aprobación de quienes controlan y financian tan importantes instituciones promotoras de las Políticas de Género.

Actualmente España, relegando a Canadá al segundo lugar, se ha convertido en el líder mundial de referencia en la aplicación de Políticas de Género, con la aprobación en 2004 de la denominada “Ley de Violencia de Género”. Dicha Ley consagra el Derecho Penal de Autor, es decir discrimina entre hombre y mujer estableciendo diferentes tipos penales para un mismo delito en función del sexo del autor y de la víctima. No existe precedente mundial de una Ley similar.

Por citar un ejemplo, en España hoy, colectivos FG reivindican la “Prisión Provisional” automática para cada orden de alejamiento dictada contra un hombre, lo que conllevaría el ingreso en prisión de varias decenas de miles de personas. En España, hoy, colectivos FG reivindican tres policías protegiendo en turnos a cada mujer presuntamente maltratada. Al margen de cualquier otra consideración, y desde un punto de vista estrictamente económico, estas posturas disparan mortalmente contra la línea de flotación del sistema social español, dado que los recursos sociales, simplemente son limitados y escasos. La consideración de una simple Denuncia como documento acreditativo de la condición de Mujer Maltratada a efectos de recepción de ayudas, es una realidad legal ya plasmada en los distintos Boletines Oficiales de España. La conculcación del Derecho a la Presunción de Inocencia y la presunta malversación de fondos públicos, están sobre la mesa.

Si desde un punto de vista práctico, uno de los aparentes objetivos de las Políticas de Género es el combatir la Violencia Doméstica, (o al menos la Violencia de Género) los resultados de la aplicación de estas políticas en otros países no dejan espacio a la duda. Países “Feministas de Género” como Suecia –siempre citados como ejemplares por el Feminismo de Género- son un pésimo modelo social a seguir, pues presentan las tasas de Violencia Doméstica más altas de la OCDE, en oposición a Irlanda o Italia (país machista). Desgraciadamente Suecia tampoco es modelo socialmente de casi nada esencial – a pesar de la deformada buena imagen de éste pais- pues sus tasas de suicidio y de maltrato infantil le colocan junto a la violencia doméstica y violencia común, encabezando la lista de lo que podríamos denominar la “falta de felicidad social”. Hecho llamativo es que Suecia presenta una tasa de Maltrato Infantil que sólo es superada por Rumanía de entre los países de la OCDE. Suecia por otra parte presenta una cultura de divorcio muchísimo más desarrollada que España, sistemas de Mediación Familiar, y una aplicación extensa de la Custodia Compartida, sistemas que previenen la violencia generada en relación con los procesos de separación.

Cómo era fácilmente previsible, e indeseable, hoy tras mas de un año de aplicación en España de una draconiana y drástica Ley de Violencia de Género, las muertes en el entorno familiar han aumentado, y España sale del grupo de los países de la OCDE con menores tasas de Violencia Doméstica. Las muertes de mujeres también han aumentado. Aunque Suecia no sea prototipo de pais machista, muchos colectivos seguirán repitiendo en España : “el machismo mata” y poniendo a Suecia como modelo de bienestar familiar. A pesar de los resultados, éste incremento de muertes no servirá para cuestionar la Ley, sino para reclamar más fondos para “luchar contra” la Violencia de Género, tantos fondos como se hubiesen reclamado si los resultados hubiesen sido exitosos, y justamente diametralmente opuestos a los actuales.

Subrayemos que el Feminismo de Género nada tiene que ver con el Feminismo, entendido éste como Feminismo de la Equidad, movimiento creado a lo largo de siglos con la aportación del esfuerzo, y en muchos casos de las vidas, de aquellas personas que han hecho que el avance del papel de la mujer sea una realidad en la sociedad actual de la que casi todos nos sentimos orgullosos.La autora feminista Christina Hoff Sommer (EEUU), ilustra ésta realidad en su obra “¿Quién nos robó el Feminismo?” (Who Stole Feminism? 1992). Mas recientemente la prestigiosa feminista francesa Elisabet Badinter , en su obra “Por mal camino” (La fause route 2005) ilustra perfectamente estas diferencias y ejemplifica la manipulación de las estadísticas del Feminismo de Género. Para ilustrar en que medida éste debate está presente en la sociedad francesa, cuna del feminismo, citemos que “La fause route” se alzó en 2005 como uno de los libros mas vendidos en Francia, calificándose de “inesperado Best Seller”.

La carencia de tradición feminista en España, por coincidir el desarrollo y máximo auge del Feminismo Europeo con los años de la dictadura, es sin duda una carencia que facilita la permeabilidad de las Políticas de Género en España.

bo
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Re: Anarcofeminismo, feminismo de género y feminismos en gen

Mensaje por bo » 08 Nov 2015, 17:10

La violencia de género es algo metafísico, pues bueno, pues vale.
Hay muchos problemas y pocas soluciones.
Muchas críticas, lo sé, y pocas son constructivas.
Kery James - Déséquilibre

peine
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Re: Anarcofeminismo, feminismo de género y feminismos en gen

Mensaje por peine » 08 Nov 2015, 18:06

Me refiero al concepto, no a la violencia en sí.
El feminismo como lobby: soluciones ideológicas vs soluciones pragmáticas para la violencia en la pareja

Publicado el julio 19, 2014 por Carlos Rodríguez

En mi última entrada publiqué el correo electrónico que envié a la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, la Fundación ANAR y al propio programa No te cortes, donde preguntaba por qué esta iniciativa no incluía a varones adolescentes en relaciones heterosexuales o a quienes mantenían relaciones homosexuales. No recibí respuesta de las dos primeras, pero desde el propio programa si tuvieron la amabilidad de darme una contestación. Paso a publicarla aquí para después ofrecer mi propio análisis.

Estimado Carlos,

Sin negar que existen otras manifestaciones de violencia en nuestra sociedad, la Dirección General de la Mujer sólo tiene competencias en la atención a las víctimas de una de esas manifestaciones: la violencia de género.

Como seguro conocerá, la violencia de género es definida en nuestra legislación -de forma coherente con las definiciones que hacen los organismos internacionales- como:

1. La violencia ejercida sobre las mujeres por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. Es una manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. (Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género).

2. Toda agresión física o psíquica a una mujer, que sea susceptible de producir en ella menoscabo de su salud, de su integridad corporal, de su libertad sexual, o cualquier otra situación de angustia o miedo que coarte su libertad. Asimismo, se considera violencia de género la ejercida sobre los menores y las personas dependientes de una mujer cuando se agreda a los mismos con ánimo de causar perjuicio a aquélla. Incluye todas las manifestaciones de violencia ejercidas sobre la mujer, como expresión de la discriminación, la situación histórica de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, y no se limita al ámbito de las relaciones de pareja o ex pareja, sino que da cabida a otros supuestos como las agresiones y abusos sexuales contra la mujer, la mutilación genital femenina, el acoso sexual en el ámbito laboral, la inducción a una mujer a ejercer la prostitución, el tráfico de mujeres con fines de explotación sexual, etc. (Ley 5/2005, de 20 de diciembre, Integral contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid).

Esta es la razón por la que el Programa “No te cortes”, impulsado por la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, atiende a chicas víctimas de violencia de género en sus relaciones de pareja, así como a sus familias. Sin embargo, para atender a las víctimas de otros tipos de violencia, existen servicios y programas impulsados por otras unidades directivas, como por ejemplo, el Programa LGTB, de Información y Atención a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid (PIAHT).

Un cordial saludo,

Subdirección General de Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género Dirección General de la Mujer

El hipervínculo no forma parte de la respuesta pero lo he añadido para que puedan comprobar que el programa ofrece ayuda general a este colectivo, pero no existe una iniciativa como No te cortes que trate la violencia en la pareja dentro de las relaciones homosexuales.

En cualquier caso mi crítica no se concentrará en el programa No te cortes o en la Dirección General de la Mujer, que como ven siguen los principios dictados tanto por el gobierno como por los organismos internacionales, sino que tratará principalmente sobre la utilización de la “violencia de género” como un concepto excluyente para apartar del discurso y la ayuda a víctimas de la violencia en la pareja que no forman parte de dicha definición. De ahí que cuando se utilizó el concepto de “violencia de género” para condenar a una mujer que maltrató a su pareja homosexual cundiera el malestar entre los círculos feministas: la ley estaba pensada para ser excluyente y así reafirmar el discurso feminista, no para proteger a todo el mundo. Ni siquiera a todas las mujeres.


Revisemos la definición de violencia de género ofrecida en la respuesta del programa:

La violencia ejercida sobre las mujeres por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.

Como pueden ver, esta definición considera que automáticamente toda violencia ejercida por parte del hombre hacia la mujer en una relación de pareja puede (o debe) ser clasificada como violencia de género. Es decir, se trata de “una manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres.”

A esto cabe preguntarse, ¿es toda la violencia del varón hacia la mujer en las relaciones de pareja “violencia de género”? Sin excluir la posibilidad de que haya casos en los que efectivamente así sea, ¿no puede haber otros donde este tipo de violencia tenga un origen distinto? Al fin y al cabo también existen mujeres maltratadoras, así como homosexuales que maltratan a sus parejas. ¿No cabe acaso la posibilidad de que existan causas comunes en estos cuatro escenarios?

D.G. Dutton y T. Nichols, entre otros investigadores, afirman que hay diversas causas de la violencia en la pareja que son comunes a hombres y mujeres, por ejemplo: psicopatologías, dependencia emocional, incapacidad para controlar la agresividad, alcoholismo, déficit de habilidades sociales, lesiones en la cabeza, correlatos bioquímicos, disposición mental, sensación de impotencia, falta de recursos, estrés, historial familiar (violencia experimentada en la infancia, por ejemplo). Y a todas ellas yo añadiría una más: depresión, que puede desembocar en comportamientos abusivos e incluso violencia, y donde el alcoholismo suele ser un síntoma y no una causa.

Dutton, D.G. & Nicholls, T. (2005) The gender paradigm in domestic violence research and theory: The conflict of theory and data. Aggression and Violent Behavior, 10 , (6), 680 – 714. [Full Text Version]

Ninguno de estos factores constituyen una excusa para el maltrato físico o psicológico, pero muestran que hay todo un terreno de investigación en cuanto a la violencia en la pareja que va más allá del concepto “violencia de género”. Incluso cuando se utiliza la violencia con objeto de controlar a la pareja, tampoco podemos llegar a la conclusión de que en todos los casos sea causa del machismo, pues esta misma razón también se da con frecuencia entre las mujeres maltratadoras (p. 5). Si el deseo de controlar emana, por ejemplo, de los celos, no podemos atribuirlo en este caso a razones que sean necesariamente de género.

Con todo esto no pretendo decir que la violencia de género, basada en premisas sexistas, sea inexistente. Lo que quiero decir es que, como veremos más adelante, parece tratarse de una fracción de toda la violencia que se da en las parejas, y que al definir la totalidad de la violencia del hombre hacia la mujer en relaciones íntimas como “violencia de género” se está no sólo excluyendo a otros grupos sino también limitando y obstaculizando investigaciones que podrían ser de ayuda para tratar el problema cuando se realiza por parte del hombre hacia la mujer.

Un ejemplo de esto podemos encontrarlo en el modelo Duluth, empleado en Estados Unidos para rehabilitar a los maltratadores (entre otros ámbitos de actuación). Dicho modelo se basa en el dogma feminista de que todo maltrato del hombre hacia la mujer es necesariamente violencia de género, y que por tanto la solución pasa por educar al maltratador para que identifique y corrija su programación machista. Pues bien, un estudio del gobierno del estado de Washington investigó su efectividad en la reincidencia de los maltratadores y determinó que por lo general no tenía impacto alguno sobre los mismos (p. 12) y que por tanto no podía considerarse “basado en evidencia [empírica]” (p. 6), un hallazgo consistente con anteriores estudios (p. 12) mientras que otro tipo de terapias consiguieron reducir la reincidencia en un 33% (p. 6).

Lo interesante es que para tratarse de un modelo de rehabilitación carente de evidencia científica, es requerido por Washington y otros 25 Estados por ley, y ha sido imitado en al menos 17 países, incluyendo España.

A todo esto cabe preguntarse ¿por qué es requerido por ley un modelo que no se basa en la evidencia? ¿Por qué es imitado en otros países? Y más importante aún, ¿por qué existe toda una legislación como la Ley Integral contra la Violencia de Género (LIVG) que gira en torno estos conceptos, e iniciativas institucionales como el programa No te cortes?

Como Emilio Prieto y otros han señalado en varias ocasiones, el feminismo actual es un lobby, o actúa como tal: un grupo que presiona al gobierno para avanzar sus intereses y que en este caso tiene tentáculos que se extienden desde la ONU (ONU Mujeres, entre otras organizaciones) hasta los medios de comunicación, pasando por el mundo universitario. Se trata, en realidad, de uno de los lobbies más exitosos, en cuanto a que ni la opinión pública ni la prensa, generalmente, lo reconocen como tal. Veamos un ejemplo para clarificar a lo que me refiero.

Ante las masacres cometidas con armas de fuego legalmente adquiridas en Estados Unidos, como la de Sandy Hook, la solución propuesta por la Asociación Nacional del Rifle (NRA) ha sido la de extender el uso de armas de fuego a la mayor parte de la población posible. Es decir, más armas. El razonamiento es que como la mayoría de la población son ciudadanos responsables, más personas armadas podrían estar listas para acabar de inmediato con los pistoleros que cometen estas carnicerías, en lugar de hallarse indefensos. Para ello emplean artículos propios y estudios de académicos simpatizantes, además de presionar al gobierno para retirar fondos a investigaciones que puedan mostrar resultados contrarios.

No voy a entrar en si la NRA tiene o no razón en cuanto a las armas de fuego, tema que no pertenece a este blog, sino que voy a concentrarme en su modus operandi como lobby y en la reacción del público con respecto a éste. Si un estudio financiado por la NRA o la industria armamentística concluyera que la solución al problema de los asesinatos provocados por armas de fuego fuera, como se ha indicado anteriormente, más armas de fuego, incluso un acérrimo partidario de esta medida podría concluir con un “qué otra cosa podrían decir, si son ellos quienes han patrocinado el estudio”. Y a buen seguro si llegara a los medios de comunicación, no sólo sería recibido como un estudio partidista, sino que los propios medios darían cabida a artículos con posiciones contrarias.

En el caso que nos atañe, sin embargo, cuando la rama feminista de una institución como por ejemplo ONU Mujeres o The White House Council on Women and Girls publica sus propios estudios y anuncia más que cuestionables resultados, proponiendo como solución más feminismo o más medidas feministas para que el dinero del Estado siga fluyendo en la misma dirección, la población por lo general no piensa, como en el caso de la NRA “qué otra cosa podrían decir, si son ellos quienes han realizado el estudio”, sino que asume sus resultados como ciertos e imparciales, probablemente debido a que los medios de comunicación también los asumen sin ningún tipo de crítica y sin exponer puntos de vista o resultados contrarios de otros estudios. Todo esto pese a que académicas como Christina Hoff Sommers han denunciado la falsificación y manipulación de datos en los estudios feministas y que otros investigadores como Murray Strauss hayan denunciado numerosas tácticas para suprimir los estudios de violencia doméstica que mostraban resultados diferentes a los sugeridos por las teorías de la violencia de género, incluyendo la eliminación de fondos para dichas investigaciones (método 6). Aunque no tenemos que irnos a Estados Unidos para encontrar este tipo de problemas, el propio Llorente Acosta, antiguo Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el ya desaparecido Ministerio de Igualdad, llegó a fabricar estadísticas de suicidio para que se ajustaran a sus tesis.


Con el programa No te cortes volvemos a ver este círculo vicioso que apenas es cuestionado:

El feminismo realiza un estudio con dinero de los contribuyentes utilizando como guía sus principios ideológicos (por ejemplo preguntar sólo a las mujeres sobre la violencia experimentada, y a los hombres sobre sus agresiones), generalmente con sectores académicos afines.
Los resultados se publican en los medios de comunicación, también afines, sin que exista ninguna opinión investigadora alternativa o punto de vista crítico.
Se formulan propuestas al gobierno basadas en los resultados de dichas investigaciones (si esto no se hizo ya en el punto 1) o las propias instituciones feministas adoptan las conclusiones y/o propuestas de dicho estudio.
Las propuestas o conclusiones del estudio se utilizan para crear programas sociales bajo el auspicio de una institución feminista (como la Dirección General de la Mujer), también a cargo de los contribuyentes, o se transforman en una iniciativa legislativa. En ocasiones los mismos estudios se utilizan para otras propuestas.
Veamos ahora la teoría aplicada a la práctica.

Para empezar el programa No te cortes se basa principalmente en el estudioIgualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia, donde se pregunta a las chicas cómo han sido maltratadas (p. 135) y a los chicos cómo han maltratado (p. 139), eliminando así la posibilidad de que se exploren las opciones inversas para que sus resultados se alineen con la línea tradicional de la violencia de género. El estudio, como era de esperar, fue parte de un convenio realizado entre la Universidad Complutense y el Ministerio de Igualdad, esta última una institución feminista, y presentado por el propio Llorente Acosta (p. 11), autor anteriormente mencionado.
Las conclusiones de dicho estudio fueron publicadas en medios de comunicación afines sin mostrar un ápice de crítica.
Se formulan propuestas al gobierno basadas en los resultados de dichas investigaciones. En este caso fueron incluidas en el propio estudio (p. 387-412).
Finalmente el programa No te cortes, utilizando las conclusiones del estudio citado como justificación, ve la luz sin oposición alguna.
Hablando en términos coloquiales, el feminismo institucional “lo guisa y se lo come”, enviando la factura al contribuyente, aunque no sin la ayuda de los medios de comunicación y sectores académicos afines.

Con todo esto no vengo a negar los méritos haya tenido el feminismo, ni que algunas de sus propuestas sean más o menos razonables. Ahora bien, cuando se trata de abordar temas como la violencia en la pareja, no es responsable por parte de un gobierno el introducir legislaciones tan controvertidas como la LIVG, que ofrecen soluciones ideológicas basadas en premisas carentes de evidencia, en lugar de soluciones pragmáticas que contemplen teorías alternativas. Especialmente si la solución escogida implica eliminar la presunción de inocencia del varón e imponer distintas penas en función al sexo del agresor, atendiendo nuevamente a criterios puramente ideológicos para violar el principio constitucional de igualdad entre los sexos. Si el origen del maltrato en un hombre se encuentra en la depresión, quizá combinada con alcoholismo, y la terapia que se le ofrece en lugar de atajar estos problemas se limita a una “reprogramación feminista”, es bastante probable que dicho hombre vuelva a maltratar a otra mujer (o como ocurre con frecuencia, a la misma mujer). Por tanto las soluciones ideológicas tampoco servirían a las víctimas, sino a los bolsillos de quienes se lucran esgrimiéndolas como el remedio de todos los males.

Se pueden mantener las protecciones que la LIVG ofrece a las mujeres, pero también podrían extenderse a los varones y a las parejas homosexuales, algo que considero debería aplicarse a programas como No te cortes. El gran obstáculo para ello es que la línea ideológica de los estudios e instituciones involucradas perciben el problema como algo que los hombres hacen a las mujeres, excluyendo necesariamente a otro tipo de víctimas y victimarios, algo que requeriría de modelos teóricos alternativos.

En conclusión, las soluciones ideológicas se imponen sobre las pragmáticas porque como se ha demostrado, el feminismo actúa como un lobby. Y cuando los lobbies ganan la partida éste tiende a ser uno de sus resultados: aplicamos una solución a la violencia en la pareja que, además de excluyente por motivos ideológicos, sólo se aplica a una fracción de todos los casos que afectan a este tipo de violencia, criminalizando al varón y estableciendo una desigualdad jurídica. La misma dinámica excluyente y exclusiva, aunque de carácter mucho más limitado, se aplica también a otros programas como el de No te cortes.

La lección que debemos extraer de todo esto es simple, y muchos de nosotros ya lo hacemos: reconocer que la óptica feminista en cuanto a problemas de género es sólo un ángulo entre los muchos que pueden adoptarse, con sus defectos y sus virtudes (que también las tiene), y advertir cuándo el feminismo actúa como un lobby. Porque el fin no justifica los medios, y porque los derechos de la mitad de los ciudadanos no deberían quedar al capricho de instituciones que descartan soluciones viables para justificar su visión del mundo y servirse a sí mismas.

Con el programa No te cortes volvemos a ver este círculo vicioso que apenas es cuestionado:

El feminismo realiza un estudio con dinero de los contribuyentes utilizando como guía sus principios ideológicos (por ejemplo preguntar sólo a las mujeres sobre la violencia experimentada, y a los hombres sobre sus agresiones), generalmente con sectores académicos afines.
Los resultados se publican en los medios de comunicación, también afines, sin que exista ninguna opinión investigadora alternativa o punto de vista crítico.
Se formulan propuestas al gobierno basadas en los resultados de dichas investigaciones (si esto no se hizo ya en el punto 1) o las propias instituciones feministas adoptan las conclusiones y/o propuestas de dicho estudio.
Las propuestas o conclusiones del estudio se utilizan para crear programas sociales bajo el auspicio de una institución feminista (como la Dirección General de la Mujer), también a cargo de los contribuyentes, o se transforman en una iniciativa legislativa. En ocasiones los mismos estudios se utilizan para otras propuestas.
Veamos ahora la teoría aplicada a la práctica.

Para empezar el programa No te cortes se basa principalmente en el estudioIgualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia, donde se pregunta a las chicas cómo han sido maltratadas (p. 135) y a los chicos cómo han maltratado (p. 139), eliminando así la posibilidad de que se exploren las opciones inversas para que sus resultados se alineen con la línea tradicional de la violencia de género. El estudio, como era de esperar, fue parte de un convenio realizado entre la Universidad Complutense y el Ministerio de Igualdad, esta última una institución feminista, y presentado por el propio Llorente Acosta (p. 11), autor anteriormente mencionado.
Las conclusiones de dicho estudio fueron publicadas en medios de comunicación afines sin mostrar un ápice de crítica.
Se formulan propuestas al gobierno basadas en los resultados de dichas investigaciones. En este caso fueron incluidas en el propio estudio (p. 387-412).
Finalmente el programa No te cortes, utilizando las conclusiones del estudio citado como justificación, ve la luz sin oposición alguna.
Hablando en términos coloquiales, el feminismo institucional “lo guisa y se lo come”, enviando la factura al contribuyente, aunque no sin la ayuda de los medios de comunicación y sectores académicos afines.

Con todo esto no vengo a negar los méritos haya tenido el feminismo, ni que algunas de sus propuestas sean más o menos razonables. Ahora bien, cuando se trata de abordar temas como la violencia en la pareja, no es responsable por parte de un gobierno el introducir legislaciones tan controvertidas como la LIVG, que ofrecen soluciones ideológicas basadas en premisas carentes de evidencia, en lugar de soluciones pragmáticas que contemplen teorías alternativas. Especialmente si la solución escogida implica eliminar la presunción de inocencia del varón e imponer distintas penas en función al sexo del agresor, atendiendo nuevamente a criterios puramente ideológicos para violar el principio constitucional de igualdad entre los sexos. Si el origen del maltrato en un hombre se encuentra en la depresión, quizá combinada con alcoholismo, y la terapia que se le ofrece en lugar de atajar estos problemas se limita a una “reprogramación feminista”, es bastante probable que dicho hombre vuelva a maltratar a otra mujer (o como ocurre con frecuencia, a la misma mujer). Por tanto las soluciones ideológicas tampoco servirían a las víctimas, sino a los bolsillos de quienes se lucran esgrimiéndolas como el remedio de todos los males.

Se pueden mantener las protecciones que la LIVG ofrece a las mujeres, pero también podrían extenderse a los varones y a las parejas homosexuales, algo que considero debería aplicarse a programas como No te cortes. El gran obstáculo para ello es que la línea ideológica de los estudios e instituciones involucradas perciben el problema como algo que los hombres hacen a las mujeres, excluyendo necesariamente a otro tipo de víctimas y victimarios, algo que requeriría de modelos teóricos alternativos.

En conclusión, las soluciones ideológicas se imponen sobre las pragmáticas porque como se ha demostrado, el feminismo actúa como un lobby. Y cuando los lobbies ganan la partida éste tiende a ser uno de sus resultados: aplicamos una solución a la violencia en la pareja que, además de excluyente por motivos ideológicos, sólo se aplica a una fracción de todos los casos que afectan a este tipo de violencia, criminalizando al varón y estableciendo una desigualdad jurídica. La misma dinámica excluyente y exclusiva, aunque de carácter mucho más limitado, se aplica también a otros programas como el de No te cortes.

La lección que debemos extraer de todo esto es simple, y muchos de nosotros ya lo hacemos: reconocer que la óptica feminista en cuanto a problemas de género es sólo un ángulo entre los muchos que pueden adoptarse, con sus defectos y sus virtudes (que también las tiene), y advertir cuándo el feminismo actúa como un lobby. Porque el fin no justifica los medios, y porque los derechos de la mitad de los ciudadanos no deberían quedar al capricho de instituciones que descartan soluciones viables para justificar su visión del mundo y servirse a sí mismas.


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