De como el feminismo se convirtió en criada del capitalismo

Contra el sexismo y el patriarcado. Luchas por las libertades sexuales. Despatologización de la diferencia.
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Xell
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De como el feminismo se convirtió en criada del capitalismo

Mensaje por Xell » 15 Abr 2014, 05:07

De como cierto feminismo se convirtió en criada del capitalismo. Y la manera de rectificarlo
Nancy Fraser
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6362
http://www.theguardian.com/commentisfre ... CMP=twt_gu
14, Octubre de 2013

Como feminista, siempre he asumido que al luchar por la emancipación de las mujeres estaba construyendo un mundo mejor, más igualitario, justo y libre. Pero, últimamente, ha comenzado a preocuparme que los ideales originales promovidos por las feministas estén sirviendo para fines muy diferentes. Me inquieta, en particular, el que nuestra critica al sexismo esté ahora sirviendo de justificación de nuevas formas de desigualdad y explotación.

En un cruel giro del destino, me temo que el movimiento para la liberación de las mujeres se haya terminado enredando en una "amistad peligrosa" con los esfuerzos neoliberales para construir una sociedad de libre mercado.

Esto podría explicar porqué las ideas feministas, que una vez formaron parte de una visión radical del mundo, se expresen, cada vez más, en términos de individualismo. Si antaño las feministas criticaron una sociedad que promueve el arribismo laboral, ahora se aconseja a las mujeres que lo asuman y lo practiquen. Un movimiento que si antes priorizaba la solidaridad social, ahora aplaude a las mujeres empresarias. La perspectiva que antes daba valor a los "cuidados" y a la interdependencia, ahora alienta la promoción individual y la meritocracia.

Lo que se esconde detrás de este giro es un cambio radical en el carácter del capitalismo. El Estado regulador del capitalismo, de la era de postguerra, tras la II Guerra Mundial, ha dado paso a una nueva forma de capitalismo "desorganizado", globalizado y neoliberal. La segunda ola del feminismo emergió como una critica del primero, pero se ha convertido en la sirvienta del segundo.

Gracias a la retrospectiva, podemos ver hoy como el movimiento de liberación de las mujeres apuntó, simultáneamente, dos futuros posibles muy diferentes. En el primer escenario, se prefiguraba un mundo en el que la emancipación de género iba de la mano de la democracia participativa y la solidaridad social. En el segundo se prometía una nueva forma de liberalismo, capaz de garantizar, tanto a las mujeres como a los hombres, los beneficios de la autonomía individual, mayor capacidad de elección y promoción personal a través de la meritocracia. La segunda ola del feminismo fue ambivalente en ese sentido. Compatible con cualquiera de ambas visiones de la sociedad, fue susceptible de realizar también dos elaboraciones históricas diferentes.

Tal como yo lo veo, la ambivalencia del feminismo ha sido resuelta, en los últimos años, en favor del segundo escenario, el liberal-individualista. Pero no porque fuésemos víctimas pasivas de la seducción neoliberal. Sino que, por el contrario, nosotras mismas hemos aportado tres ideas importantes para este desarrollo.

Una de esas contribuciones fue nuestra critica del "salario familiar": del ideal de familia, con el hombre que gana el pan y la mujer ama de casa, que fue central en el capitalismo con un estado regulador. La critica feminista de ese ideal sirve ahora para legitimar el "capitalismo flexible". Después de todo, esta forma actual de capitalismo se apoya, fuertemente, sobre el trabajo asalariado de las mujeres. Especialmente sobre el trabajo con salarios mas bajos de los servicios y las manufacturas, llevados a cabo no solo por las jóvenes solteras, sino también por las casadas y las mujeres con hijos; no sólo por mujeres discriminadas racialmente, sino también por las mujeres, prácticamente, de todas las nacionalidades y etnias. Con la integración de las mujeres en los mercados laborales en todo el mundo, el ideal del salario familiar, del capitalismo con estado regulador, está siendo reemplazado por la norma, más nueva y más moderna, aparentemente sancionada por el feminismo, de la familia formada por dos asalariados.

No parece importar que la realidad subyacente, en el nuevo ideal, sea la rebaja de los niveles salariales, la reducción de la seguridad en el empleo, el descenso del nivel de vida, el fuerte aumento del numero de horas de trabajo asalariado por familia, la exacerbación del doble turno, ahora, a menudo, triple o cuádruple, y el incremento de la pobreza, cada vez más concentrada en los hogares de familias encabezadas por mujeres. El neoliberalismo nos viste a la mona de seda a través de una narrativa sobre el empoderamiento de las mujeres. Al invocar la crítica feminista del salario familiar para justificar la explotación, utiliza el sueño de la emancipación de las mujeres para engrasar el motor de la acumulación capitalista.

El feminismo, además, ha hecho una segunda contribución a la ética neoliberal. En la era del capitalismo con estado regulador, criticábamos, con razón, la estrecha visión política que, intencionalmente, se focalizaba en la desigualdad de clases y que no era capaz de fijarse en otro tipo de injusticias "no económicas", como la violencia domestica, las agresiones sexuales y la opresión reproductiva. Rechazando el "economicismo" y politizando lo "personal", las feministas ampliaron la agenda política para desafiar las jerarquías de status basadas en las construcciones culturales sobre las diferencias de genero. El resultado debía haber conducido a la ampliación de la lucha por la justicia, para que abarcara tanto lo cultural como lo económico. Pero el resultado ha sido un enfoque sesgado hacia la "identidad de género", a costa de marginar los problemas del "pan y la mantequilla". Peor aun, el giro del feminismo hacia las política de la identidad encajaba sin fricciones con el avance del neoliberalismo, que no buscaba otra cosa que borrar toda memoria de la igualdad social. En efecto, enfatizamos la critica del sexismo cultural precisamente en el momento en que las circunstancias requerían redoblar la atención hacia la critica de la economía política.

Finalmente, el feminismo contribuyó con una tercera idea al neoliberalismo: la critica al paternalismo del estado del bienestar. Indudablemente y de forma progresiva, en la era del capitalismo con estado regulador esa crítica ha ido convergiendo con la guerra neoliberal contra el "estado-niñera" y su más reciente y cínico apoyo a las ONGs. Un ejemplo ilustrativo es el caso de los "micro-créditos", el programa de pequeños préstamos bancarios para mujeres pobres en el Sur global. Presentado como un empoderamiento, de abajo hacia arriba, alternativo al de arriba a abajo, al burocratismo de los proyectos estatales, los micro-créditos se promocionan como el antídoto feminista contra la pobreza y el sometimiento de las mujeres. Lo que se pasa por alto, sin embargo, es una coincidencia inquietante: el micro-crédito ha florecido precisamente cuando los Estados han abandonado los esfuerzos macro-estructurales para combatir la pobreza, esfuerzos que no se pueden sustituir con prestamos a pequeña escala. También en este caso una idea feminista ha sido recuperada por el neoliberalismo. Una perspectiva dirigida, originalmente, a democratizar el poder del Estado para empoderar a los ciudadanos, es ahora utilizada para legitimar la mercantilización y los recortes de la estructura estatal.

En todos estos casos la ambivalencia del feminismo ha sido resuelta en favor del individualismo (neo)liberal. Sin embargo, el escenario alternativo de la solidaridad puede que aún esté vivo. La crisis actual ofrece la posibilidad de volver a tirar de ese hilo una vez más, de manera que el sueño de la liberación de las mujeres sea de nuevo parte de la visión de una sociedad solidaria. Para llegar a ello, las feministas necesitamos romper esa "amistad peligrosa" con el neoliberalismo y reclamar nuestras tres "contribuciones" para nuestros propios fines.

En primer termino, debemos romper el vinculo espurio entre nuestra crítica al salario familiar y el capitalismo flexible, militando en favor de una forma de vida que no gire entorno al trabajo asalariado y valorice las actividades no remuneradas, incluyendo, pero no solo, los "cuidados". En segundo lugar, debemos bloquear la conexión entre nuestra critica al economicismo y las políticas de la identidad, integrando la lucha por transformar el status quo dominante que prioriza los valores culturales de la masculinidad, con la batalla por la justicia económica. Finalmente, debemos cortar el falso vínculo entre nuestra crítica de la burocracia y el fundamentalismo del libre-mercado, reivindicando la democracia participativa, como una forma de fortalecer a los poderes públicos, necesarios para limitar al capital, en nombre de la justicia.



Traducción para www.sinpermiso.info: Lola Rivera

Nancy Fraser es una académica feminista estadounidense, profesora de ciencia política en el New School University de Nueva York.
http://www.theguardian.com/profile/nancy-fraser
Nancy Fraser is professor of philosophy and politics at the New School for Social Research in New York. An Einstein fellow at the John F Kennedy Institute of the Free University of Berlin, she also holds the chair in global justice at the Collège d'Etudes Mondiales, Paris. In winter 2014, she will be visiting professor of gender studies at Cambridge University. Her most recent book is Fortunes of Feminism: From State-Managed Capitalism to Neoliberal Crisis (Verso, 2013).
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Contumacia
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Re: De como el feminismo se convirtió en criada del capitali

Mensaje por Contumacia » 15 Abr 2014, 08:06

¿Podrías, así, por simplificar, meter en un solo hilo todos los artículos que vayas encontrando sobre la malvada alianza del feminismo con el capitalismo?

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Xell
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Re: De como el feminismo se convirtió en criada del capitali

Mensaje por Xell » 18 Abr 2014, 08:42

Esa no es la intención, pero tal vez habría que comentarle algo en ese sentido al amiguito monotema, para el que el anarquismo es machista.

Una de las cuestiones que llaman la atención del artículo, tiene que ver con el salario familiar:
Una de esas contribuciones fue nuestra critica del "salario familiar": del ideal de familia, con el hombre que gana el pan y la mujer ama de casa, que fue central en el capitalismo con un estado regulador. La critica feminista de ese ideal sirve ahora para legitimar el "capitalismo flexible". Después de todo, esta forma actual de capitalismo se apoya, fuertemente, sobre el trabajo asalariado de las mujeres.
Con la integración de las mujeres en los mercados laborales en todo el mundo, el ideal del salario familiar, del capitalismo con estado regulador, está siendo reemplazado por la norma, más nueva y más moderna, aparentemente sancionada por el feminismo, de la familia formada por dos asalariados.

No parece importar que la realidad subyacente, en el nuevo ideal, sea la rebaja de los niveles salariales, la reducción de la seguridad en el empleo, el descenso del nivel de vida, el fuerte aumento del numero de horas de trabajo asalariado por familia, la exacerbación del doble turno, ahora, a menudo, triple o cuádruple, y el incremento de la pobreza,
Al invocar la crítica feminista del salario familiar para justificar la explotación, utiliza el sueño de la emancipación de las mujeres para engrasar el motor de la acumulación capitalista.
En todos estos casos la ambivalencia del feminismo ha sido resuelta en favor del individualismo (neo)liberal.
En primer termino, debemos romper el vinculo espurio entre nuestra crítica al salario familiar y el capitalismo flexible, militando en favor de una forma de vida que no gire entorno al trabajo asalariado y valorice las actividades no remuneradas, incluyendo, pero no solo, los "cuidados".
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Re: De como el feminismo se convirtió en criada del capitali

Mensaje por Contumacia » 18 Abr 2014, 10:54

ah, que ha sido el feminismo quien ha venido pidiendo que les paguen menos, que las jornadas sean más largas, que se necesiten tres salarios para afrontar una hipoteca. Reivindicaciones históricas, no veas. Porque no hay familias monoparentales feministas, tampoco, las persiguen con saña estas malvadas feministas que andan por ahí haciendo reformas laborales contra sí mismas :roll:

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protorm
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Re: De como el feminismo se convirtió en criada del capitali

Mensaje por protorm » 18 Abr 2014, 11:04

¿Tan sorprendente te resulta que el capitalismo recupere las exigencias de sus críticos para mantenerse? Ese no es un problema del feminismo, sino una muestra del potencial de adaptación del propio sistema. También la economía de consumo es la adaptación del capitalismo a las exigencias obreras para mantener la tasa de ganancia de unos pocos y no por eso asumimos que la lucha obrera equivocó sus demandas. Simplemente hay que seguir tensionando al sistema insistiendo en sus contradicciones.

Me parece curioso que se utilice esto como un argumento contra el feminismo o, al menos, contra la crítica feminista del salario familiar traído a casa por el varón. En ningún caso creo que el feminismo apoye con su actuación la rebaja de salarios o el descenso del nivel de vida. Ese argumento está calcado del de esa izquierda que se oponía al voto de la mujer. Ante eso solo decir que la lucha anticapitalista debe ir pareja a la lucha contra el patriarcado.

De acuerdo en que no remunerar el trabajo de cuidados (que tradicionalmente han desarrollado las mujeres) y, por supuesto, la reproducción de la mano de obra (que solo pueden realizar las mujeres) aumenta la cuota de plusvalía que se extrae del conjunto de trabajadores y trabajadoras. Por supuesto que la reivindicación de un salario para este trabajo sigue siendo necesaria, porque se trata de una mejora en las condiciones de producción que ataca al corazón del capitalismo. Pero mucho ojo con confundir esto con una defensa de mantener a la mujer en su rol tradicional con la excusa de no hacer el juego al capitalismo.

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