Más allá del feminismo, más allá del género

Contra el sexismo y el patriarcado. Luchas por las libertades sexuales. Despatologización de la diferencia.
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Xell
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Más allá del feminismo, más allá del género

Mensaje por Xell » 26 Feb 2014, 13:42

Más allá del feminismo, más allá del género
Boletín Buenaventura nº 43, Marzo 2014
Grupo Anarquista Perdigón, FAI (Fuerteventura, Canarias)
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A fin de crear una revolución que
pueda poner fin a todo tipo de domi-
nación, es necesario acabar con las
tendencias a las que todos nos vemos
sometidos. Esto requiere que seamos
conscientes del papel que esta socie-
dad nos impone y busquemos sus pun-
tos débiles, con el objetivo de
descubrir sus límites y traspasarlos.
La sexualidad es una expresión esen-
cial de los deseos y las pasiones indi-
viduales, de la llama que puede
encender tanto el amor como la re-
vuelta. Así puede ser una fuerza im-
portante de los deseos de cada uno de
nosotros, que puede alzarnos más allá
de la masa como seres únicos e indo-
mables. El género por otro lado, es un
intermediario construido por el orden
social para inhibir la energía sexual,
enclaustrarla y limitarla, direccionán-
dola hacia la reproducción de este
orden de dominación y sumisión. De
esta manera se convierte en un impe-
dimento del intento de decidir libre-
mente como queremos vivir y
relacionarnos. No obstante, hasta
ahora, al hombre se le ha concedido
mayor libertad en hacer valer su vo-
luntad dentro de estos roles que a la
mujer, lo que explica de forma bas-
tante razonable porque hay más anar-
quistas, revolucionarios y gente que
actúa fuera de la legalidad que son
hombres y no mujeres. Las mujeres
que han sido fuertes, que se han rebe-
lado lo han sido porque han sobrepa-
sado su feminidad.
Lamentablemente el Movimiento de
Liberación de la Mujer (MLM) que re-
surgió en los 60, no prosperó en el
desarrollo de un análisis profundo de
la naturaleza de la dominación en su
totalidad y del papel jugado por el gé-
nero en su reproducción. Un movi-
miento que apareció ante la necesidad
de liberarnos de los roles de género
para ser así individuos completos y au-
tosuficientes, fue transformado en una
especialización como la mayor parte
de las luchas parciales de la época. Ga-
rantizando de esta manera la imposi-
bilidad de llevar a cabo un análisis
global dentro de este contexto.
Esta especialización es el feminismo
actual, que comenzó desarrollándose

fuera del MLM a finales de los años
60. Su objetivo, no era tanto la libera-
ción de la mujer como individualidad
de los límites impuestos por los pape-
les asignados a su género, como la li-
beración de la “mujer” como categoría
social. Junto a las corrientes políticas
principales, este proyecto consistió en
obtener derechos, reconocimiento y
protección para las mujeres como una
categoría social, reconocida conforme
a la legislación. En teoría, el femi-
nismo radical se movió más allá de la
legalidad con el objetivo de liberar a
las mujeres como una categoría social,
de la dominación masculina. Dado que
la dominación masculina no es explo-
rada suficientemente como parte de la
dominación total -inclusive por las
anarcofeministas- la retórica del femi-
nismo radical, frecuentemente ad-
quiere un estilo similar al de las luchas
de liberación nacional. Pero a pesar de
las diferencias en el método y la teoría,
la práctica del feminismo liberal (bur-
gués, principal) y el feminismo radical
a menudo son coincidentes. Esto no es
una casualidad.
La especialización del feminismo radi-
cal consiste en centrarse por completo
en los sufrimientos de la mujer a
manos del hombre. Si esta cataloga-
ción fuese alguna vez completada, la
especialización no seria durante más
tiempo necesaria y habría llegado el

momento de trasladarse mas allá de la
lista de ofensas sufridas, hacia un in-
tento real y actual de analizar la natu-
raleza de la opresión de la mujer en
esta sociedad, y llevar a cabo acciones
reales y muy meditadas para acabar
con esta opresión. Así que el manteni-
miento de esta especialización re-
quiere que las feministas amplíen este
catalogo al infinito, incluso hasta el
punto de dar explicaciones por las ac-
ciones opresivas llevadas a cabo por
mujeres en puestos de poder, como ex-
presiones de poder patriarcal, y así de
esta manera liberaría a estas mujeres
de las responsabilidades de sus accio-
nes. Cualquier análisis serio de las
complejas relaciones de dominación,
como las que existen actualmente, es
dejado de lado a favor de una ideología
en la cual el hombre domina y la mujer
es la víctima de esta dominación.
Pero la creación de una identidad en
base a la propia opresión, sobre la vic-
timización sufrida, no proporciona la
fuerza o la independencia. En lugar de
esto crea una necesidad de protección
y seguridad que eclipsa el deseo de li-
bertad e independencia. En el reino de
lo teórico y psicológico, una abstracta
y universal “hermandad femenina”
puede encontrar esta necesidad, pero
a fin de suministrar una base para esta
hermandad, de “mística feminidad”, la
cual fue expuesta en los años 60 como

una construcción cultural que apoyaba
a la dominación masculina, es revivida
en la forma de espiritualidad de mujer,
culto a la diosa y una variedad de otras
ideologías feministas. El intento de li-
berar a la mujer como categoría social
alcanza su apoteosis en la recreación
de los roles del género femenino en el
nombre de una elusiva solidaridad de
género. El hecho de que muchas femi-
nistas radicales hayan recurrido a po-
licías, tribunales, y otros programas
estatales de protección de mujeres
(imitando así al feminismo burgués.)
sólo sirve para subrayar la falsa natu-
raleza de la “hermandad” que procla-
man. A pesar de que ha habido
intentos de moverse más allá de estos
límites dentro del contexto de femi-
nismo, esta especialización ha sido su
mejor definición durante tres décadas.
En la forma en la que ha sido practi-
cada, ha fallado al presentar un des-
afió revolucionario tanto contra el
género como contra la dominación. El
proyecto anarquista de liberación glo-
bal nos llama a movernos más allá de
estos límites hasta el punto de atacar
al género en si mismo, con el objetivo
de convertirnos en seres completos,
definibles no como un conglomerado
de identidades sociales, sino como
únicos y completos individuos.
Es un estereotipo y un error afirmar
que los hombres y las mujeres han su-

frido iguales opresiones dentro de sus
roles de género. Los roles del género
masculino han permitido al hombre
una gran libertad de acción para la
afirmación de su propia voluntad. Por
ello la liberación de la mujer de sus
roles de género no consiste en ser más
masculina sino mas bien en ir más allá
de su feminidad, así para los hombres
la cuestión no es ser más femenino
sino en ir más allá de su masculinidad.
La cuestión es descubrir que el centro
de la unicidad que esta en cada uno de
nosotros, va más allá de todos los roles
sociales y de la forma en que cada uno
actúa, vive y piensa en el mundo, tanto
en el dominio sexual como en todos
los otros.
Separar el género en función de la se-
xualidad, desde la totalidad de nuestro
ser, fijando características específicas
según el género al que se pertenezca,
sirve para perpetuar el actual orden
social. Como consecuencia de ello, la
energía sexual, que podría ser un ex-
traordinario potencial revolucionario,
es encauzada hacia la reproducción de
las relaciones de dominación y sumi-
sión, de dependencia y desesperación.
La miseria sexual que esto ha produ-
cido y su explotación comercial esta
por todos lados. La inadecuada lla-
mada de la gente a “abrazar tanto la
masculinidad como la feminidad” cae
en la falta de análisis sobre estos con-

ceptos, ya que ambos son invenciones
sociales que sirven a los propósitos del
poder.
Así que, cambiar la naturaleza de los
roles de genero, aumentar su numero
o modificar su forma, es inútil desde
una perspectiva revolucionaria, ya que
esto solo sirve para ajustar mecánica-
mente la forma de los conductos que
canalizan nuestra energía sexual. En
lugar de esto, necesitamos reapropiar-
nos de nuestra energía sexual para
reintegrarla en la totalidad de nuestros
seres a fin de hacernos tan extensos y
poderosos como para explotar cada
conducto e inundar el terreno de la
existencia con nuestro ser indómito.
Esto no es una tarea terapéutica, sino
una revuelta insolente – una que
emane desde nuestra fuerza y nuestra
negativa a retroceder. Si nuestro deseo
es destruir toda dominación, entonces
es necesario que nos movamos más
allá de todo lo que nos reprime, más
allá del feminismo, si y más allá del gé-
nero, porque aquí es donde encontra-
mos la capacidad de crear nuestra
indomable individualidad que nos
conducirá contra toda dominación sin
vacilación. Si deseamos destruir la ló-
gica de la sumisión, este debe ser
nuestro mínimo objetivo.

Extraído de:
machorka.espivblogs.net
- Si quieres tener una visión del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano... para siempre.

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Xell
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Re: Más allá del feminismo, más allá del género

Mensaje por Xell » 11 Abr 2014, 01:22

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