Prado, feminismo y aborto.

Contra el sexismo y el patriarcado. Luchas por las libertades sexuales. Despatologización de la diferencia.
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Jorge.
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Re: Prado, feminismo y aborto.

Mensaje por Jorge. » 02 Ago 2012, 07:45

AXIONDIREKTA escribió:Jorge, sólo un comentario (que en general en este tema estoy de acuerdo contigo):

Esos datos que elegiste, para tratar de quitarle peso a la afirmación que citas, son evidentemente arbitrarios
De arbitrario pues como todo, supongo. El forero/aque citaba ( depasada) había puesto Europa como zona densamente poblada. Y yo me he limitado a buscar los países más poblados, que están en Asia, y que son China e India.

Si yo me cojo la estadística para mirar México D.F., Sao Paulo... Por lo que leo en el área metropolitana de Sao Paulo viven 20 millones de personas, en la ciudad propiamente dicha viven 11.244.3691 hab. (censo 2010). La densidad es de 7.383 hab./km². O sea, que toda esa gente se hacina en unos 1500 km². Yo vivo en una provincia que tiene 21.000 km² y una población de 600.000 personas. Los pueblos tienen de media tres mil habitantes más o menos, hay dos ciudades de 100.000 habitantes y varios pueblos de unos 20.000. Y encabezamos el ranking de pobreza y miseria de España, ya que la industria de aquí es la agropecuaria y la emigración la salida tradicional, ya sea a Cataluña, ya sea a Francia, Alemania, Suiza....

Europa tiene 45 países, y dentro de ellos hay una variedad económica, demográfica, importante. Si miras Rumanía no es lo mismo que si miras Gran Bretaña. Por eso lo único que he dicho es que esta afirmación:
(de hecho, las mayores densidades de población se dan en las zonas “ricas” e industrializadas como Europa, mientras en otras como Latinoamérica, Asia e incluso regiones de África, existe una enorme despoblación de bastísimos terrenos, que no impide que la miseria sea aberrante en estos continentes mientras Europa vive, pese a la crisis, en la opulencia)
Esa afirmación no es cierta. Los países más poblados del mundo son India y China, y en ellos la población no es la más próspera. Las ciudades más pobladas se encuentran en Asia, Latinoamérica, África... No sé si es que la solución a la miseria sería tener hijos a mansalva y ocupar los vastísimos territorios, las estepas, la Amazonía, la Pampa, las selvas tropicales y ya puestos, los desiertos.

Las políticas de contarconcepción, y la actitud de la población ante el tema de tener hijos o no tenerlos, depende de muchos factores. No se puede atribuir todo ni a las Iglesias cristianas (hay zonas donde son minoritarias), ni a los gobiernos. Y hay una relación entre incremento de nivel de vida y contracepción. En España en los años setenta, estando vigente aún el franquismo y las políticas de natalidad exacerbadas, con la población sin acceso al aborto o a los anticonceptivos, millones de parejas se pusieron de acuerdo para no tener más hijos, y el crecimiento poblacional fue negativo. Y esa tendencia se mantuvo durante décadas y, la verdad, no creo que pueda atribuirse a la acción del gobierno en solitario, que la gente deje de tener hijos.

Así que las cosas complejas tienen respuestas complejas, si las tienen.

Filomena Marturano
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Re: Prado, feminismo y aborto.

Mensaje por Filomena Marturano » 05 Ago 2012, 09:41

Fragmento de un articulo de Javier Bilbao sobre las políticas de genero y natalidad en la Alemania nazi:



La liberación de las costumbres sexuales así como la disminución de la natalidad y del número de matrimonios durante la República de Weimar fue considerada a ojos del nazismo como un claro síntoma de decadencia. De acuerdo a su visión del mundo, la mujer debía estar apegada a las tres k: kinder, kirche, küche (niños, iglesia, cocina). El propio Hitler afirmó en cierta ocasión que los derechos de las mujeres en el Tercer Reich consistirían en que toda mujer encontraría marido. El Ministro de Propaganda Joseph Goebbels, por su parte, indicaba que “la mujer tiene el deber de ser hermosa y traer hijos al mundo, y esto no es tan vulgar y anticuado como a veces se cree. La hembra del pájaro se embellece para su compañero e incuba sus huevos para él”. Un ideario que contaba con la aprobación de muchas de ellas —decía el que fue corresponsal español en Berlín Manuel Chaves Nogales en aquel tiempo— puesto que:

“Las mujeres, a las que la crisis ha echado a la calle, tienen que patear y luchar a brazo partido con los hombres en medio del arroyo. Las pobres, en esa lucha, llevan la peor parte, naturalmente, y si de pronto aparece un guardia que dice autoritariamente: “¡Basta; a la cocina!”, la mujer se va muy contenta, porque supone que, efectivamente, hay una cocina a la cual se puede ir a cocinar”.  

Si las mujeres debían dedicar su vida a criar a los hijos, darles una educación universitaria era entonces un desperdicio de recursos, así que una de las primeras medidas que adoptaron fue restringir su acceso a la universidad, estableciendo un máximo de un 10% sobre el total del alumnado. Asimismo, se les prohibió ejercer como jueces y fiscales dado que “no pueden pensar lógicamente ni razonar objetivamente, puesto que se rigen por sus emociones”....

La estricta separación por sexos que estableció el régimen y la expulsión de las mujeres de casi cualquier ámbito público (acorde a la estructura del Partido, íntegramente masculina) no facilitaba precisamente la tarea de encontrar pareja. En regiones como Breslau se decretó que las menores de 18 años que acudieran a una sala de baile sin la compañía de un adulto irían a un reformatorio, posteriormente la Ley para la Protección de Menores prohibía a los menores estar en la calle desde el momento en que oscureciera, y después de las 9 de la noche únicamente podían ir al cine, sala de baile o restaurantes en compañía de un adulto....

La anteriormente mencionada Unión de Jóvenes Alemanas, que ocupaba el tiempo de sus integrantes con pruebas gimnásticas y adoctrinamiento ideológico, tenía una sección para las chicas de 17 a 21 años llamado Fe y Belleza. En ella se inculcaban nociones de economía doméstica y moda nacional, que consistía en blusa blanca, falda recatada hasta el tobillo y zapatos gruesos. La vestimenta que debía tomarse como referencia era el Dirnl, el típico traje tradicional alemán que tantas veces hemos visto en imágenes del Oktoberfest y similares. La mujer alemana debía ser austera y rehuir cualquier reclamo sexual, tal como veíamos en el anuncio del comienzo. Hacerse la permanente era castigado con afeitado de la cabeza, ya que las jóvenes debían llevar dos trenzas rubias a cada lado o bien una corona de trenzas llamada gretchen. Si bien eran populares las marcas de champú que les permitían tener un pelo más rubio, el maquillaje se consideraba una moda extranjera totalmente inapropiada y en Berlín se dieron casos en los que mujeres que iban muy maquilladas eran insultadas al grito de putas y traidoras y algunos Camisas Pardas (miembros de las SA) regañaban a aquellas que veían por la calle con los labios pintados o las cejas depiladas.

Para evitar que ninguna mujer se quedase para vestir santos las autoridades pensaron que, una vez concluida la guerra, los soldados que hubieran demostrado más valentía en el campo de batalla podrían casarse con dos mujeres. Un plan que no pudo ponerse en práctica debido al curso de la historia que ya conocemos. Pero lo que sí se llevó a cabo fueron los Lebensborn (Fuente de Vida), hogares para mujeres solteras que eran fecundadas por los sementales considerados más racialmente idóneos de las SS, las tropas de elite dirigidas por Heinrich Himmler. Los sacrificados patriotas que adquirieron esta responsabilidad lograron embarazar en total a 8.000 candidatas. El protocolo en estas fábricas de superhombres era el siguiente, según un testimonio de una de las jóvenes que pasaron por allí:

“En el hostal de Tegernsee, esperé hasta el décimo día, después del comienzo de mi menstruación y fui examinada médicamente, a continuación me acosté con un hombre de las SS que tenía que cumplir también su obligación con otra chica. Cuando se diagnosticó el embarazo, pude elegir entre volver a casa o entrar directamente en un hogar de maternidad (…) El parto no fue fácil, pero a ninguna mujer alemana que se precie se le ocurriría hacerse dar inyecciones artificiales para aminorar el dolor”.

Si por el contrario lograban encontrar un prometido, para poder casarse la pareja debía contar con la aprobación del Tribunal de Salud Hereditaria. Su finalidad era impedir la procreación a “individuos inferiores y asociales, enfermos, deficientes mentales, locos, tullidos y delincuentes”. Aunque su aplicación fue escasa, quienes no lograban superarla se enfrentaban a la esterilización forzosa.
Una vez logrado el visto bueno la boda podía celebrarse, aunque no era lo más habitual, mediante un ritual neopagano. Tenía lugar bajo un retrato de Hitler —y si el esposo contrayente además era de las SS recibía como regalo una edición de lujo del Mein Kampf—, en el altar se depositaba un cuenco metálico con runas (antiguos signos germánicos que representaban un alfabeto rudimentario) grabadas en un lateral, mientras que en su interior debía arder un fuego sagrado. El fuego era de hecho uno de los elementos fundamentales en la cosmovisión nazi, bien fuera realizando desfiles nocturnos con antorchas, saltos sobre el fuego como rito de iniciación en las Juventudes Hitlerianas o en el uso de una antorcha con la que encender un pebetero en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 (rito éste que como vemos ha perdurado hasta hoy). Una vez concluido el rito los recién casados entonces podían solicitar un préstamo sin intereses del Estado por valor de 1.000 marcos, siempre que la mujer se comprometiese a no trabajar. Como hemos visto, su función debía ser otra....


...Hitler atribuía a la natalidad un valor patriótico-militar: “también la mujer tiene su campo de batalla; con cada niño que trae al mundo y ofrece a la nación participa en la lucha por el bien de ésta”. De esa manera se conseguirían más soldados para una guerra que se veía próxima, y posteriormente esa nueva generación podría colonizar el llamado “espacio vital alemán” que se habría logrado conquistar en ella. De hecho durante la guerra se popularizó la expresión “he donado un hijo al Führer” cada vez que una mujer quedaba embarazada o daba a luz. Curiosamente algunas parturientas rechazaban cualquier anestesia, prefiriendo en su lugar gritar “Adolf Hitler”, lo que se consideraba que tenía propiedades analgésicas.
Dado que fomentar la natalidad era prioritario, se restringió la venta de anticonceptivos y se prohibió el aborto, aunque no para las mujeres judías. El acto de follar pasó a ser conocido humorísticamente como rekrutenmachen (hacer reclutas) mientras que las mujeres estériles pasaron a ser llamadas despectivamente bevölkerungspolitische blindgäger (fracasos demográficos). El 12 de agosto de cada año, coincidiendo con el cumpleaños de la madre de Hitler, el propio Führer otorgaba a las mujeres más prolíficas la Cruz de Honor de la Mujer Alemana. De bronce para quienes tenían más de cuatro hijos, de plata para las que tenían más de seis, y de oro para quienes superaban los ocho hijos. Asimismo, el décimo hijo de una mujer pasaba a ser apadrinado por él y tenía que recibir el nombre de Adolf. Una vez nacía un niño, era costumbre anunciarlo en un periódico local, como vemos en este ejemplo publicado en el Dresdner Anzeiger el 27 de julio de 1942:

“Volker ψ 21-7-1942. En la época suprema de Alemania, a Thorsten le ha nacido un hermanito. Con alegría teñida de orgullo, Else Hohmann y Hans-Georg Hohmann, Untersturmführer de las SS en la res. Dresde, General Wever-Strasse”.

Aparte del paganismo del símbolo de la Runa de la Vida, resulta llamativa esa mezcla de solemnidad patriótica y cercanía  familiar. Respecto al nombre del hermano, era también típicamente nazi, puesto que se sustituyeron los tradicionales de origen cristiano por los presentes en sagas germánicas como Sieglinde, Edeltraud, Günther o Ekke-Hard, así como aquellos que incluyeran un guión como Bernd-Dietmar o Dietmar-Gerhard, que al parecer eran más genuinamente alemanes.
Por cada niño se otorgaban ayudas estatales en forma de reducción de impuestos y condonación de la cuarta parte del préstamo de 1.000 marcos que antes mencionábamos. Asimismo, los gobiernos locales otorgaban diversas ayudas como uniformes escolares o una reducción en las facturas de agua y electricidad. Se incrementó la construcción de viviendas sociales destinadas a familias numerosas, en las que además el marido tenía preferencia para obtener un empleo en ciertos sectores. Las familias también contaban con el apoyo del Servicio de Madres del Reich, dependiente de la Asociación Nacionalsocialista de Mujeres, que daba cursos para enseñar a cocinar, coser y cuidar de recién nacidos.
Visto hoy en día, esos seis, ocho o diez hijos son realmente es mucha descendencia, pero seguían siendo pocos a los ojos de los especialistas en higiene racial que dirigían las instituciones. Como Fritz Lenz, quien estimaba que cada mujer debía tener a lo largo de su vida 15 hijos y cualquier cifra menor sería debido a “causas no naturales o patológicas”. La exigencia de dejar descendencia no se limitaba a una propaganda martilleante, sino que en ciertos trabajos era un requisito indispensable también para los hombres. Un memorando del Ministerio del Interior de 1937 explicaba que:
“Todos los aspirantes solteros a un ascenso en el cuerpo de funcionarios deben hacer una declaración escrita exponiendo por qué no se han casado y cuándo se proponen hacerlo. Todo funcionario casado y sin hijos que lleve por lo menos dos años de matrimonio debe exponer los motivos por los que no tiene hijos antes de recibir el nombramiento definitivo (esta declaración deberá incorporarse a su expediente personal).”


No se porque todo esto me recuerda a cierto discurso de alguna culiparda y sobre todo a algunos neopolpotianos partidarios del retorno "Blut und Bloden" al agrarismo medievalizante



El articulo completo se puede leer en: http://www.jotdown.es/2012/08/la-vida-c ... ia-nazi-i/

bo
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Re: Prado, feminismo y aborto.

Mensaje por bo » 12 Ago 2012, 21:37

Somos y sentimos como mujeres. Con idénticas ganas de exprimir la vida que vosotros, los hombres. Tan sencillo de entender como complicado a la hora de hacerlo realidad. Tenemos en frente quienes proceden de un pasado cercano y cuya misión es la de obstaculizar nuestras quimeras. Intentan maquillar su fascismo de democracia. Ejercen su poder en el marco político y religioso. Me estoy refiriendo a la Iglesia y a quienes manejan nuestras vidas con políticas de derechas.
http://borrokagaraia.wordpress.com/2012 ... s-mujeres/
Hay muchos problemas y pocas soluciones.
Muchas críticas, lo sé, y pocas son constructivas.
Kery James - Déséquilibre

LoQueNoCuentan
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Re: Prado, feminismo y aborto.

Mensaje por LoQueNoCuentan » 24 Oct 2014, 16:34

A los que estamos en contra del feminismo RADICAL nos dicen que somos machistas, pero se puede estar más a favor de la mujer cuando decimos que ella ama más la vida, que tiene mayores dotes para el conocimiento y que tiene condiciones innatas para los sentimientos? esa es la mujer que queremos, la de la feminidad, no aquella que intenta llamar la atención a base de alborotos en un "divide y vencerás". Una mujer que sepa hacer la revolución, que tenga consciencia de clase y que a la vez sea madre y una grandiosa compañera en igualdad de responsabilidades.

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Contumacia
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Re: Prado, feminismo y aborto.

Mensaje por Contumacia » 24 Oct 2014, 20:13

esencialismos, los justos. Y sí, decir que la mujer es más cariñosa, más atenta y cuida mejor, es esencialismo y una manera de "construir la feminidad" demasiado parecida a los esencialismos. ¿Eso de que las mujeres tienen "condiciones innatas para los sentimientos" convierte a las autistas o a las frías en no-mujeres? :roll:

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