Comunista interesado en el anarquismo

¿Buscas alguna información sobre el Anarquismo? Este es el lugar: dudas básicas, referencias a libros, locales, películas, simbología, etc.
Solo información: los debates ideológicos en los foros correspondientes.
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Gonzalo786
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Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por Gonzalo786 » 24 May 2015, 18:18

Buenas, llevo unos 2 años siendo comunista, y estos dias he ido buscando informacion y videos sobre el anarquismo, ya que siempre he estado en contra del estatismo y los impuestos, y era algo que no me gustaba del comunismo, el hecho de que tenia como objetivo acabar con el estado a largo plazo, y por eso pense en el anarquismo, que si no me equivoco se trata de acabar con el estado a corto plazo. Me gustaria saber que libros me recomendariais para informarme sobre el anarquismo, pido por favor lectura ligera y no muy complicada. Muchas gracias :D

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turiferario
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por turiferario » 24 May 2015, 20:00

Yo que tú empezaría por alguna cosilla ligera. Hay libros sobre Anarquismo básico muy cómodos de leer, como el que se llama precisamente Anarquismo Básico y que es de descarga libre aquí:

http://fal.cnt.es/sites/all/documentos/A_Basico.pdf

Este otro no me gusta tanto, pero también es sencillo, se tipo cómic:

http://www.mundolibertario.org/archivos ... iantes.pdf

Luego ya están los "clásicos" como Bakunin, Kropotkin, Proudhon... Hay que entenderlos en su contexto, las bases siguen siendo válidas, pero tener en cuenta que son libros de hace 100-150 años.
Hay mucho pensamiento anarquista actualizado con divulgadores asequibles como Carlos Taibo:

http://www.carlostaibo.com/

Y otros un poco más complicadetes son Juantxo Estebaranz, Miguel Amorós... Bueno, tú mismo. Unas cosas te irán llevando a otras.
Espero haberte sido de ayuda.
“Todo el problema con el mundo es que los tontos y los fanáticos siempre están tan seguros de sí mismos, y la gente inteligente tan llena de dudas.”
- Bertrand Russell (A Word a Day)

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blia blia blia.
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por blia blia blia. » 25 May 2015, 09:44

Otras veces he recomendado esto:
blia blia blia. escribió:Hay libros actuales que son así de introducción:

Anarquismo Básico (2ª edición)
Anarquismo Básico (1ª edición) [enlace] La segunda está totalmente renovada, es como si fuera un libro distinto. Más recomendable
La anarquía funciona - Peter Gelderloos [enlace] No la he leído. Ojeándola me parece un buen libro de introducción.

Y por supuesto:
FAQ anarquista [enlace]

También suelen recomendar el material de formación de la FEL: http://zgz.felestudiantil.org/formacion/ No lo conozco, pero me fío del criterio de quienes lo alaban.

Otras recomendaciones en este hilo: viewtopic.php?f=7&t=57449
Espero que te sirva.

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protorm
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por protorm » 28 May 2015, 18:18

Como apunte:
Comunismo y anarquismo son dos corrientes de un mismo movimiento originario, el socialismo, surgido a fines del s.XVIII como una serie de ideas para un nuevo modelo social y económico basado en valores como la solidaridad, la igualdad, la libertad o la fraternidad. Diversas personalidades defendieron distintas propuestas, dentro de lo que sería una gran familia socialista, para superar al sistema social y económico existente en ese momento. Es decir, superar el capitalismo como modo de producción y el Estado como rector del orden social. Así, Owen, Fourier, Proudhon, Marx, Bakunin... idearon e impulsaron distintas versiones del socialismo.

Marx hace un análisis profundo del capitalismo (de los sistemas mercantiles) en el que pone de manifiesto la existencia de una oposición económica entre los intereses de dos clases: los dueños de los medios de producción (los capitalistas) y los que sólo tienen para vender su fuerza de trabajo (los trabajadores). Argumenta además que esa oposición es el motor de la historia y que es mediante la organización y la fuerza de los trabajadores que podrá realizarse el socialismo. Así, en 1864, trabajadores de varios paises forman la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) con ese objetivo. Por diferencias en el seno de la misma hay una fractura entre los seguidores de Marx (centralistas) y los de Bakunin (federalistas). Esencialmente es ese conflicto centralismo/federalismo el que lleva a separarse al socialismo originario en las tendencias comunista y anarquista, que han tenido a su vez múltiples desarrollos posteriores.

Por concretar: Más que hablar de corto/largo plazo, las políticas comunistas defienden el uso del Estado como un mecanismo útil para acabar con el capitalismo y la sociedad de clases. Los anarquistas, por lo general más críticos con el poder, suelen defender que hacer uso del Estado no permite acabar con la sociedad de clases y que acabar con las diferencias económicas sin acabar con las diferencias de poder acaba por reproducir un modelo de clases sociales diferenciadas, imposibilitando el socialismo. Es por eso que los anarquistas prefieren utilizar estrategias más dirigidas a diluir el poder del Estado en organizaciones federales más democráticas.

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AXIONDIREKTA
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por AXIONDIREKTA » 29 May 2015, 05:32

protorm escribió:Por concretar: Más que hablar de corto/largo plazo, las políticas comunistas defienden el uso del Estado como un mecanismo útil para acabar con el capitalismo y la sociedad de clases. Los anarquistas, por lo general más críticos con el poder, suelen defender que hacer uso del Estado no permite acabar con la sociedad de clases y que acabar con las diferencias económicas sin acabar con las diferencias de poder acaba por reproducir un modelo de clases sociales diferenciadas, imposibilitando el socialismo. Es por eso que los anarquistas prefieren utilizar estrategias más dirigidas a diluir el poder del Estado en organizaciones federales más democráticas.
Mmmmm... eso es generalizar demasiado, y darle el gusto a las corrientes autodenominadas comunistas que defendían y defienden la utilización del estado, las que han dado como resultado monstruosidades tales como el estalinismo. Esas corrientes corresponden más bien a la deriva social-demócrata del viejo movimiento obrero. El comunismo es anti-estatal casi por definición. Al respecto un buen texto es "Un mundo sin dinero: el comunismo": http://www.hommodolars.org/web/IMG/pdf/UMSDI.pdf , http://www.hommodolars.org/web/IMG/pdf/UMSDII.pdf).

Por otra parte, aquella visión de que el anarquismo intenta "diluir" el poder estatal y democratizarlo con base en el federalismo, es precisamente fuente de profundas críticas, pues no pone en cuestión los fundamentos de la sociedad capitalista (trabajo asalariado, la política como actividad separada, los conceptos de valor y mercancía), sino que se contenta con "democratizarla".

Intentos actuales de ir más allá de la dicotomía anarquismo/marxismo, sustentando una crítica radical al estado y al capital, se plasman por ejemplo en publicaciones como esta: http://metiendoruido.com/wp-content/upl ... fin-01.pdf (Revolución hasta el fin)

Revisa estos enlaces. Hay bastantes materiales que recogen los aportes de diversas corrientes comunistas anti estatales (comunismo de consejos, corriente comunizadora, situacionistas, anarquismo no-oficial, etc.):

http://viejotopo.org/comunizacion/ (página que recopila documentos en torno a la "corriente comunizadora")
http://www.mediafire.com/download/wa7j8 ... o_2014.zip (para descargar los documentos -de comunistas de consejos, anarquistas, marxistas libertarios, feministas) del sitio del ya extinto "círculo internacional de comunistas antibolcheviques")
"Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. " (Mark Twain)

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AXIONDIREKTA
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por AXIONDIREKTA » 29 May 2015, 05:54

¿Comunismo? ¿Anarquismo?

Extraido de Cuadernos de Negación N°2: "Clases Sociales, o la maldita costumbre de llamar a las cosas por su nombre"

“Queremos acabar con el capitalismo y eso no se consigue simplemente llamándose de unaforma u otra, como quien invoca un extraño conjuro.”
Grupo Ruptura. ¿Comunistas o anarquistas?[1]

“El comunismo no es una sociedad que alimentaría adecuadamente al hambriento, cuidaría al enfermo, alojaría al que no tiene casa, etc. No puede basarse en la satisfacción de las necesidades tal como existen hoy o incluso como podríamos imaginarlas en el futuro. El comunismo no produce suficiente para cada cual y lo distribuye equitativamente entre todos. Es un mundo en el que la gente entra en relaciones y en actos que (entre otras cosas) dan como resultado que sean capaces de alimentarse, cuidarse, alojarse… ellos mismos. El comunismo no es una organización social. Es una actividad. Es una comunidad humana.”
Gilles Dauvé. Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista.
_____________________________________________________________

Puede sorprender a muchos actualmente agitar por el comunismo y la anarquía, ya que ambas categorías están impregnadas (y no sin motivo) de demasiada basura, y algunos hasta las consideran antagónicas. Más allá de los rótulos[2] y lo que se dice, existe la realidad de lo que se hace: definirse como comunista-anarquista no significa que nuestra praxis necesariamente lo sea. De la misma manera, las formas de praxis que también se denominan comunistas-anarquistas, no necesariamente son llevadas adelante por individuos que se definen como tales. De hecho, la mayoría de las personas que participaron de los intentos revolucionarios no eran partidarias de tal o cual ideología revolucionaria.

Los ejemplos sobran: gran cantidad de auto-denominados comunistas cocorean sobre su internacionalismo y posición de clase, pero siempre en la práctica no hacen más que ubicarse en alguno de los dos bandos en las guerras capitalistas -preferentemente de la “nación más oprimida” o menos desarrollada para justificar ese “mal menor” que es el anti-imperialismo-. Otros auto-denominados comunistas pueden, también, afirmar la necesidad de destrucción del Estado, pero en su propia práctica asumen la defensa del mismo hasta el extremo, no sólo participando repetidas veces en elecciones parlamentarias, sino presionándolo una y otra vez a cumplir su función, a parar su desequilibrio. En definitiva: a mantenerlo en pie, posponiendo su destrucción para el día del nunca jamás.

Así también, algunos otros auto-denominados anarquistas, supuestamente irreconciliables con el Estado, han llegado a ocupar puestos en el gobierno de la República en la España del ’36. Asimismo, existen ejemplos más autóctonos y más ninguneados como los anarquistas K[3] que apoyan activa y “críticamente” al gobierno de los Kirchner en la región argentina.
Entonces, lo aseveramos: reconocerse de tal o cual doctrina no garantiza nada. Y, además, siguen sobrando los motivos para seguir afirmando: preparamos las elecciones o bien, preparamos la revolución.

El comunismo y la anarquía no son un ideal a llegar: son formas de actividad y relaciones sociales, que se manifiestan como tendencia en las luchas reales y concretas contra el capital y la vida alienada en general.

Mediante el comunismo en anarquía no se pueden dar soluciones a los problemas del capitalismo, no se propone que éste sea más racional o moderno: esas son las bases del viejo mundo, y justamente se las quiere destruir, no mejorar, ya que esa es la tarea del reformismo y no de los revolucionarios. Entonces, cuando nos preguntan “¿Pero cómo es la sociedad que ustedes proponen?”, concluimos: esperando las respuestas a los interrogantes de este mundo, no están fallando las respuestas, está fallando la pregunta. La anarquía no es entonces un montón de medidas que se tomarán el día después de la revolución, es lo que hacemos hoy para llegar a los días de la revolución, o para desenvolvernos mejor en situaciones prerevolucionarias.

Comprendemos que décadas y décadas de contra-revolución y pasividad a cargo de “comunistas” y “anarquistas” provocan desagrado por esos conceptos: los países llamados “comunistas”, grupúsculos nacionalistas, populistas, stalinistas, troskistas, leninistas, maoístas, por un lado; y liberales, artistas, oportunistas, pacifistas, intelectuales, punks narcotizados, hippies adictos al consumo de miseria y demases vómitos de la subcultura, por el otro… sólo han servido para obstaculizar el desarrollo de las herramientas para la auto-supresión de nuestra clase. Pero, así y todo, nos negamos a despreciar todo el arsenal del movimiento revolucionario, ya que es parte de nuestra historia y no permitiremos que quede en manos de los imbéciles de siempre.

Entendemos la actividad revolucionaria como una tensión[4], ya que excede lo que podría ser una filosofía, una teoría política o hasta una práctica: es un modo de concebir la vida, de involucrarse en lo que se intenta transformar. Esto de ninguna manera puede ser otra cosa que la realidad, y es claramente por ello que claro, cambiamos en lo personal, pero ese nunca es el objetivo final, sino sólo una consecuencia lógica dentro de lo que comúnmente se denomina “las contradicciones que vivimos”. Este concepto es también bastante discutible, porque como decíamos antes nuestra intención no es transformar un objeto exterior a nosotros mismos sino transformar la vida, esa misma vida que nos contiene: queremos abolir la contradicción entre esta forma de novida y, justamente, lo humano.

Esta contradicción, a su vez, no aparece desde el momento en que se adopta tal o cual ideología. De hecho, las ideologías no aportarán nada en ese sentido más que la sensación de pertenencia y movimiento que sin más que la adhesión conducirían a la revolución final. Lo que se quiere dejar en claro, al fin y al cabo, es lo siguiente: no estamos en contradicción con esta realidad por la ideología o no que adoptemos, es decir, no estamos en contradicción por ser comunistas y vivir en el mundo de la propiedad privada, no estamos en contradicción por ser anarquistas y vivir bajo el ojo de dios y el pie del gobierno. Estamos en contradicción porque somos asalariados, explotados y oprimidos en todos los aspectos de nuestras vidas, y es eso lo que nos empuja a luchar. Podremos reconocer más claramente esa contradicción entre la vida y lo que atenta contra ella, pero jamás nos salirnos de la realidad, por el sólo hecho de que vivimos en este mundo.

La sola idea de ser libres en un mundo de esclavos es inadmisible, como es inadmisible por esta misma situación la justificación de otras “contradicciones ideológicas” que sí son solucionables como la coherencia entre medios y fines, la solidaridad, etc. La realización del individuo en un sentido inmediato[5] también lo es, porque pareciera ser que la propaganda capitalista ha dado sus frutos: lo queremos todo acá y ahora, y si algo no nos lo proporciona no lo compramos… ¡Sí, compramos! porque a veces hasta se comprende a la teoría-practica revolucionaria como una mercancía más, que puede (y debe) agradar, dar identidad, con la que se puede simpatizar, y finalmente abandonarla cuando nos da la gana, total es una parte separada de nuestras vidas, de la que podemos prescindir cuando sea necesario.

Pero nosotros al igual que muchas personas, hemos entendido que la revolución no tiene sentido más que como transformación de lo cotidiano, aunque lamentablemente esto se ha malinterpretado al creer entonces que una transformación de lo cotidiano equivaldría a una revolución[6].

A “Los que hablan de revolución y de lucha de clases sin referirse explícitamente a la vida cotidiana, sin comprender lo que hay de subversivo en el amor y de positivo en el rechazo de las obligaciones, tienen un cadáver en la boca”, afirmaba Raoul Vaneigem y en ella se han escudado, y no sin razón, tanto él como los demás “reformadores de la vida cotidiana”. Pero también podríamos entender esa afirmación comprendiendo su otra cara: Que quienes hablan de transformar la vida cotidiana sin referirse explícitamente a la revolución y a la lucha de clases, sin comprender lo que hay de subversivo en la acción individual pero a la vez social y de positivo en el rechazo de las ideologías individualistas, también tienen un cadáver en la boca… Ambas afirmaciones son verdades, pero separadas son sólo verdades parciales.quella concepción se asemeja a las ya no tan nuevas corrientes new age, que nos dicen que podemos ser felices y realizados si tenemos “paz interior”, sólo que algunos piensan lo mismo si tenemos “revolución interior”. Revolución interior, que creemos necesaria en un comienzo, como paso fundamental, pero que nos excede en el mismo instante porque no es un invento personal que fluye desde cada uno, es quizás un aspecto de la lucha revolucionaria, que puede comenzar modificando algunos aspectos de nuestras vidas y luego empujándonos a tomar protagonismo en la extensión de esos cambios en la totalidad del mundo… Ya que sólo podemos realizarnos como individuos en la medida en que nos relacionemos con las demás personas.

Nuestra mayor fuerza reside en la globalidad de nuestra implicación, en nuestra adhesión no a un grupo, subcultura, ideología o jefe… sino al movimiento real de abolición de todo lo que nos hace ajenos a nosotros mismos. “Lo que convierte a una lucha en global y universal no es su generalización y su generalidad, sino su radicalidad; es decir si es transgresiva, subversiva, si atenta contra la totalidad del sistema, contra su legitimidad. Aunque parcial, local, puntual, esta lucha contra cada aspecto de la violencia capitalista adquiere, si es radical, un carácter total. No apunta a una distribución distinta del poder, sino a su destrucción. No pretende la estatización de los medios de producción, sino la destrucción del valor de cambio y la gratuidad del don.”[7]

POST DATA:

No es nuestra intención adherir o contribuir a esos híbridos llamados “marxismo libertario” o “anarco-marxismo”, no estamos armando ningún rompecabezas, ni añadiendo fragmentos de Marx a Bakunin (o viceversa), sino que tenemos en cuenta a algunos anarquistas y a Marx (mas no a los marxistas) como ellos tuvieron que valorar a ciertos revolucionarios del pasado para poder superarlos.

Por un lado, bajo la categoría de “anarquismo” se han nombrado, como ya dijimos, diversas corrientes y concepciones del mundo incluso antagónicas, quizás por su propia falta de un guía o una doctrina más rígida. Lo que afortunadamente ha permito a algunos anarquistas avanzar verdaderamente sin la pesada carga de esa “sagrada familia” de pensadores y dogmas, a otros les ha permitido tomarse la libertad de llamar anarquismo a lo que les vino en gana. Por el otro lado los marxistas han hecho con los textos de Marx, quien manifestó expresamente “yo no soy marxista” también lo que les vino en gana. Entonces, agregar un “ismo” tras el nombre de una sola persona, aunque ésta ya se encuentre muerta, tampoco garantiza nada.

Ya desde los inicios del movimiento obrero, ambas corrientes históricas contenían en sí mismas una expresión reformista y otra revolucionaria, pero pareciera que actualmente en vez de reflexionar sobre sus puntos fuertes se reivindican sus debilidades, y no sólo por parte del rival de cada una de ellas para el triunfo de su ideología en alguna discusión mediocre, sino también desde el “ista” en cuestión. En su momento haberse denominado como bakuninistas o como marxistas no permitió llegar a superar ambas ideologías, y es hoy que esa división nos llega arrastrándose desde el pasado y cada vez más putrefacta. Nuestra ventaja de considerarlas como ideologías está en que queda así muy clara la necesidad de superar lo que esa división tiene de falso problema. Para Debord, cada una de ellas contiene “una crítica parcialmente verdadera, pero perdiendo la unidad del pensamiento de la historia e instituyéndose ellas mismas en autoridades ideológicas”.

Una corriente puede haber comprendido que el Estado debe ser abolido a como dé lugar, la otra habrá comprendido cuáles son las razones que llevan a instituir un Estado y para qué existe éste, por ejemplo[8]… entonces ¿Qué vamos a hacer? ¿Cada uno defender su “ismo” en competencia con el otro, para así cada uno tener una verdad parcial que separadas jamás llegarán a ningún lado? Si nos subordinamos a un “ismo”, seremos menos crítico con él que con los demás, ya que subordinaremos toda nuestra actividad (incluyendo nuestra crítica) a la victoria del “ismo” por el cual hemos tomado partido. Nos convertiremos en guardianes de ese “ismo”, en conservadores de esa tradición específica.[9] Estas tendencias (anarquismo, marxismo, etc) son exigencias de la práctica, pero de lo que se trata es de la teoría del proletariado, que es exigida por su práctica para auto-suprimirse como clase.
_____________________________________________________________
[1] Texto aparecido el nro.2 de la publicación Ruptura (Madrid, España) y recomendado para ampliar sobre este tema
Contacto: gruporutura@hotmail.com
[2] En nuestra historia los revolucionarios se han llamado a sí mismos o los han denominado de diferentes maneras: ludditas, comunistas, socialistas, nihilistas, anarquistas, libertarios, situacionistas, encapuchados y hasta liberales (como el grupo en el cual participaba Ricardo Flores Magón). Con estos adjetivos también se ha nombrado a diferentes reformistas y burgueses. Si bien estas categorías tienden a mejorar la comunicación y el entendimiento, muchas veces logran todo lo contrario.
[3] Para mayor información, leer el reportaje realizado a Federico Martelli en la revista Veintitrés de Febrero del 2007, titulado Los anarquistas de Scioli. allí pueden leerse cosas como: “Tengo formación anarquista, socialista y peronista. Trato de rescatar de cada uno lo mejor. Rescato de la ideología libertaria el amor por la libertad. Del peronismo la profunda transformación que realizó. Partidos puede haber un montón, lo importante es cuál es el movimiento nacional que represente a los trabajadores.” (¡¡!!) Extraído del nro.42 de la publicación ¡Libertad! (del grupo del mismo nombre). www.geocities.com/grupo_libertad
[4] “He aquí lo que diferencia a un hombre político de un revolucionario anarquista. No las palabras, no los conceptos, y, permitidme, bajo ciertos aspectos ni siquiera las acciones, porque no es su extremo concluirse en un ataque -pongamos radical- lo que las califica, sino el modo en que la persona, el compañero que realiza estas acciones, consigue convertirlas en momento expresivo de su vida, caracterización específica, valor para vivir, alegría, deseo, belleza, no realización práctica, no la realización de un hecho que mortalmente se concluye en sí mismo y determina el poder decir: “Yo hoy he hecho esto”. (Alfredo Maria Bonanno, La tensión anarquista.)
[5] Aquí vuelve a aparecer la visión moderna del mundo, donde todo es instantáneo…en el imaginario revolucionario muchas veces se comete el error de querer usar como sinónimos espontáneo e inmediato. En realidad, espontáneo hace referencia a que esto se lleva adelante sin agentes externos que lo provoquen, y no por la rapidez inmediata (o no) con la que se
realiza el acto revolucionario.
[6] Gilles Dauve, Prefacio a la edición española de “Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista”. Ediciones Espartaco Internacional www.edicionesespartaco.com
[7]“He aquí lo que diferencia a un hombre político de un revolucionario anarquista. No las palabras, no los conceptos, y, permitidme, bajo ciertos aspectos ni siquiera las acciones, porque no es su extremo concluirse en un ataque -pongamos radical- lo que las califica, sino el modo en que la persona, el compañero que realiza estas acciones, consigue convertirlas en momento expresivo de su vida, caracterización específica, valor para vivir, alegría, deseo, belleza, no realización práctica, no la realización de un hecho que mortalmente se concluye en sí mismo y determina el poder decir: “Yo hoy he hecho esto”. (Alfredo Maria Bonanno, La tensión anarquista.)
[8] Aquí vuelve a aparecer la visión moderna del mundo, donde todo es instantáneo…en el imaginario revolucionario muchas veces se comete el error de querer usar como sinónimos espontáneo e inmediato. En realidad, espontáneo hace referencia a que esto se lleva adelante sin agentes externos que lo provoquen, y no por la rapidez inmediata (o no) con la que se
realiza el acto revolucionario.
[9] Gilles Dauve, Prefacio a la edición española de “Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista”. Ediciones Espartaco Internacional www.edicionesespartaco.com
http://metiendoruido.com/2012/04/comunismo-anarquismo/
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Alexandra Kollontai
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por Alexandra Kollontai » 29 May 2015, 08:01

Lo primero que tienes que hacer es dejar de leer un poco y pensar con ideas propias, liberate de las etiketas y utilizalas, no tu a ellas.

Luego lee.

Inmediatamente después ve a un sindicato, al que sea, y afiliate. Ahi empiezas a ser una mujer hecha y derecha.

Siendo una mujer como debe ser, afiliada a un sindicato, y con ideas propias, a pelear por el socialismo y la libertad.
“Hacer política es siempre caminar entre precipicios”
Lenin

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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por Zaratustra666 » 29 May 2015, 09:08

Hola yo te lo digo como consejo.

Se por lo que estas pasando, no es que yo pasara de ser una cosa a otra, pero te entiendo.
Yo creo que cada persona debe tener unas ideas propias y a partir de ahí buscar su sitio en este jodido mundo.

Lo que quiero decir es que me parece bien que busques una ideología que pretenda construir tu sociedad ideal pero no pierdas nunca el norte :wink:

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protorm
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Re: Comunista interesado en el anarquismo

Mensaje por protorm » 29 May 2015, 13:46

AXIONDIREKTA escribió:Mmmmm... eso es generalizar demasiado, y darle el gusto a las corrientes autodenominadas comunistas que defendían y defienden la utilización del estado, las que han dado como resultado monstruosidades tales como el estalinismo. Esas corrientes corresponden más bien a la deriva social-demócrata del viejo movimiento obrero. El comunismo es anti-estatal casi por definición.[...]

Por otra parte, aquella visión de que el anarquismo intenta "diluir" el poder estatal y democratizarlo con base en el federalismo, es precisamente fuente de profundas críticas, pues no pone en cuestión los fundamentos de la sociedad capitalista (trabajo asalariado, la política como actividad separada, los conceptos de valor y mercancía), sino que se contenta con "democratizarla"
Agradezco los apuntes. Está claro que iba con la brocha gorda en el otro mensaje. :wink:

También estoy de acuerdo con Kollontai. Menos guiarse por etiquetas, más aprender lo que uno quiere para hacer, si se quiere, uso de ellas.


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