J.1.1 ¿Por qué son importantes las luchas sociales?

De Ateneo Virtual
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La lucha social es una expresión de la lucha de clases, es decir la lucha de la clase trabajadora contra su explotación, opresión y alienación, y por su libertad frente al capitalismo y el estado. Es lo que sucede cuando un grupo de personas tiene poder jerárquico sobre otro: cuando hay opresión aparece resistencia y donde hay resistencia a la autoridad verás la anarquía en acción. Por esta razón los anarquistas están a favor de las luchas sociales y se involucran en ellas. En última instancia las mismas son una muestra de los individuos afirmando su autonomía y su disgusto ante un sistema injusto. Como Howard Zinn lo resalta:

"Ambos, la fuente y la solución de los problemas de nuestras libertades civiles están en la cotidianeidad: donde vivimos, donde trabajamos, donde vamos a la escuela, donde pasamos la mayoría de las horas. Nuestra libertad real no está determinada por la Constitución o por la [Suprema] Corte, sino por el poder que el policía usa sobre nosotros en las calles o por el juez local que está tras él; por la autoridad de nuestros empleadores [si estamos trabajando]; por el poder de los profesores, directores, rectores de la universidad y los consejos de administración si somos estudiantes; por la burocracia del bienestar social si somos pobres [o desempleados]; por los guardias de las prisiones si estamos en la cárcel; por los propietarios si somos inquilinos; por la profesión médica o la administración hospitalaria si estamos enfermos física o mentalmente".
"Libertad y justicia son cosas locales, a mano, inmediatas. Están determinadas por el poder y el dinero, cuya autoridad sobre nuestras vidas cotidianas es mucho menos ambigua que las decisiones de la Suprema Corte. Independientemente de cualquier demanda por la libertad que podamos hacer a nivel nacional... en el nivel local vivimos en diferentes feudos donde nuestra subordinación es manifiesta." [Failure to Quit, pp. 53-4]

Estas realidades de riqueza y poder permanecerán firmes a menos que aparezcan fuerzas que se opongan en la base misma donde nuestra libertad se restrinja: en las calles, en los lugares de trabajo, en casa, en la escuela, etc. Esto es así dado que "el único límite a la opresión del gobierno es el poder con el que las personas se muestran capaces de oponérsele." [Malatesta, Errico Malatesta: His Life and Ideas, p. 196]

Las luchas sociales por mejoras son también indicadores importantes del espíritu de la revuelta y de la gente apoyándose mutuamente en la afirmación continua de su libertad (y de nuestra libertad). Éstas muestran a las personas levantándose por lo que consideran correcto y justo, construyendo organizaciones alternativas, creando sus propias soluciones a sus problemas, y son un cachetazo en la cara de todas las autoridades paternalistas que se atreven a gobernarnos. Por ello su importancia para los anarquistas y para todas las personas interesadas en extender la libertad.

Además, la lucha social ayuda a la gente a retraerse de su condicionamiento jerárquico. Los anarquistas no ven a las personas como objetos fijos a ser clasificados y etiquetados, sino como seres humanos dedicados a construir sus propias vidas. Vivimos, amamos, pensamos, sentimos, deseamos, soñamos y podemos cambiarnos, cambiar nuestro ambiente y nuestras relaciones sociales. La lucha social es la forma en que esto se hace colectivamente. Tal lucha promueve atributos entre la gente que vive aplastada por las jerarquías (atributos como la imaginación, la capacidad de organización, la auto-estima, la autogestión, el pensamiento crítico, la auto-confianza y más) en tanto afrontan problemas prácticos en sus luchas que deben resolver por sí mismos. Esto fortalece la auto-estima y crea una conciencia del poder propio y colectivo. Al ver que sus jefes, el estado y demás están en su contra comienzan a darse cuenta de que viven en una sociedad jerárquica, dirigida por una clase, la cual depende de su sumisión al trabajo. Como tal, la lucha social es una experiencia politizadora.

A quienes se involucren, la lucha les permite desarrollar habilidades para el autogobierno a través de la práctica y así comienza el proceso por el cual los individuos aseguran su capacidad para controlar sus propias vidas y participar directamente en la vida social. Estos son elementos clave del anarquismo y son requeridos para que funcione una sociedad anarquista ("la autogestión de la lucha viene primero, y luego viene la autogestión del trabajo y la sociedad" [Alfredo Bonnano, "Self-Management", pp. 35-37, Anarchy: A Journal of Desire Armed, no. 48, p. 35]). Así, el activismo es un factor clave en la autoliberación, la autoeducación y la creación de anarquistas. En pocas palabras, la gente aprende en la lucha:

"En nuestra opinión toda acción dirigida a destruir la opresión política y económica, que sirve para elevar el nivel intelectual y moral de las personas; que les otorga una conciencia de sus derechos individuales y de sus fuerzas, y los persuade de defender sus propios intereses... nos acerca a nuestra finalidad y es por lo tanto un bien. Por otra parte, toda actividad que tiende a preservar el estado de situación actual, que tiende a sacrificar al hombre, en contra de su voluntad de volver triunfantes sus principios, es un mal porque es una negación de nuestros fines." [Malatesta, Op. Cit., p. 69]

Una clase trabajadora segura de sí es un factor esencial para lograr mejoras exitosas y libertarias dentro del sistema actual y, en definitiva, para construir una revolución. Sin esa auto-confianza las personas tienden a seguir "líderes" y terminamos cambiando los gobernantes en vez de cambiar la sociedad. Por eso, parte de nuestro trabajo como anarquistas es animar a la gente a pelear por cualquier reforma que sea posible en el presente, para mejor nuestra/su condición, para dar a las personas confianza en su habilidad de comenzar a tomar control de sus vidas, y para señalar que existen límites a todos aquellos triunfos (algunas veces temporarios) que el capitalismo puede conceder. Por eso la necesidad de un cambio revolucionario.

Si analizando todos sus aspectos pensamos que un movimiento es positivo o progresista entonces no deberíamos abstenernos de integrarnos, pero deberíamos tratar de popularizar las ideas y estrategias anarquistas dentro suyo. De esta forma creamos "escuelas de anarquía" dentro del sistema actual y sentamos las bases de algo mejor. En otras palabras, los movimientos y tendencias revolucionaras deben crear las organizaciones que contienen, embrionariamente, la sociedad del futuro (ver sección H.1.6). A su vez, estas organizaciones favorecen el avance del cambio radical proveyendo espacio social para la transformación de los individuos (mediante el uso de la acción directa, practicando la autogestión y la solidaridad, etc.). Por lo tanto, la lucha social ayuda a crear una sociedad libre habituando a las personas a gobernarse a sí mismas dentro de organizaciones autogestionarias y potenciando a los (oficialmente) no-poderosos a través del uso de la acción directa y la ayuda mutua.

De ahí la importancia de la lucha social (o lucha de clases) para los anarquistas (la cual, podemos agregar, continúa todo el tiempo y es un asunto de dos contendientes). La lucha social es el medio de romper la normalidad de la vida capitalista y estatista, una forma de desarrollar conciencia para el cambio social y un medio para construir una vida mejor bajo el sistema actual. Cuando las personas se niegan a someterse a la autoridad, ésta tiene los días contados. La lucha social muestra que usando su capacidad de desobedecer algunos de los oprimidos pueden desafiar, y eventualmente acabar con, el poder jerárquico.

En última instancia la anarquía no es sólo algo en lo que creer, no es una etiqueta cool para fijar en uno mismo, sino que es algo para hacer. Participa. Si dejas de hacerlo, la anarquía se desmorona. La lucha social es el medio por el cual aseguramos que la anarquía se vuelva más fuerte y crezca.